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Pablo Planas

Eliminar al Barça de Liga y Champions

¿Chantaje? Para nada. Simple prevención y seguridad ciudadana.

¿Chantaje? Para nada. Simple prevención y seguridad ciudadana.
EFE

La organización separatista Tsunami Democràtic, de la que ha ejercido como portavoz el extrenador del Barça Josep Guardiola, pretende impedir la celebración del partido de Liga entre el equipo culé y el Real Madrid previsto en la capital catalana el próximo día 18. A tal efecto, ha reclutado ya a unos veinte mil voluntarios para impedir el acceso de los contendientes al estadio e invadir el campo en caso de que los equipos, incluido el arbitral, consiguieran romper el cerco tsunámico, para el que la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ya está fletando autobuses.

Según el Tsunami, solo existe una opción para que se dispute el partido: que luzca en las gradas y en el campo el lema "Spain, sit and talk". Lo que no han aclarado es si quieren que el "siéntate y habla" aparezca en los videomarcadores, sea un mosaico hecho por el público, un tifo de los boixos nois, o que lo porten los jugadores de ambos equipos en la pechera de la zamarra.

Sea como fuere, va a ser que no porque el partido y su retransmisión están patrocinados por toda clase de compañías, de aviación, de refrescos, informáticas y de apuestas, entre otras, pero no políticas o no exactamente políticas.

Ante el chantaje de una organización que está siendo investigada por terrorismo en la Audiencia Nacional tras el asalto al aeropuerto de El Prat del 14 de octubre, caben varias posibilidades, desde la suspensión del partido a su traslado a otra ciudad española o incluso a Miami, como ha pretendido la Liga de Fútbol Profesional con otros encuentros. Descartado jugar a puerta cerrada, albergar un choque de esas características y con tanta audiencia sería una estupenda noticia para Zaragoza, Teruel o Valencia.

Claro que el Gobierno y el Govern de la Generalidad quedarían retratados, incapaces de garantizar no ya la seguridad sino la misma celebración de un acontecimiento deportivo en la capital de Cataluña. Un papelón para Pedro Sánchez, experto en acoger a última hora acontecimientos mundiales como la final de la Copa Libertadores o la cumbre del clima de Greta Thunberg. ¿Se puede permitir el Gobierno la suspensión por segunda vez del llamado Clásico? La Generalidad, sí, sin duda, toda vez que el Ejecutivo regional está más alineado y en sintonía con el Tsunami que con los Mossos que deberían velar por el normal transcurso del evento. Pero el Gobierno quedaría fatal y mostraría una impotencia absoluta con una parte del territorio nacional fuera de control.

Caben más opciones. Dar el partido por perdido al Barça y otorgar los tres puntos al Real Madrid. O, dado que según qué partidos no se pueden jugar en el Camp Nou, eliminar al conjunto azulgrana de las competiciones oficiales, incluida la Champions League, ya que podría cruzarse con el Madrid, hasta que el Tsunami, los CDR y demás organizaciones separatistas violentas creadas por los partidos independentistas y que cuentan con la complicidad de las autoridades regionales catalanas cesen sus actividades.

¿Chantaje? Para nada. Simple prevención y seguridad ciudadana.

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