Menú
Pablo Molina

Calentólogos haciendo el egipcio

Esta cumbre, en concreto, supera en grado de estupidez a todas las anteriores, un mérito nada desdeñable porque el listón estaba muy alto.

Esta cumbre, en concreto, supera en grado de estupidez a todas las anteriores, un mérito nada desdeñable porque el listón estaba muy alto.
Imagen obtenida automáticamente desde Dailymotion | Dailymotion

La cumbre "del clima climático" que diría el inolvidado Moratinos, arrancó este pasado domingo en Egipto y durará quince días, porque en menos tiempo es imposible concentrar los discursos, encuentros bilaterales y mesas redondas de tanta importancia que van a tener lugar. Serán dos semanas, a lo largo de las cuales los dirigentes mundiales reñirán a la puta humanidad mientras disfrutan de las bondades del climaclimático de Sharm el Sheij, una conocida ciudad balneario de superlujo a las orillas del Mar Rojo que está realmente preciosa en esta época del año.

El secretario general de la ONU asegura que "estamos en una carretera al infierno climático con el pie en el acelerador" por lo que "la humanidad solo tiene una opción: cooperar o perecer". Si creyera lo que dice habría que ponerle una chichonera y encerrarlo en una habitación acolchada, porque sería evidente que el tipo ha enloquecido. Pero en realidad se trata de un guion impostado para cumplir el papel que se espera de la institución que preside, una oscura organización internacional dedicada a la corrupción a gran escala, la promoción de campañas de terror climático y a la violación masiva de menores allá donde tiene presencia sobre el terreno.

Esta cumbre, en concreto, supera en grado de estupidez a todas las anteriores, un mérito nada desdeñable porque el listón estaba muy alto. Los 150 aviones que van a llevar y traer dignatarios desde todos los rincones del mundo van a lanzar más gases de efecto invernadero a la atmósfera que toda la agricultura española en un año, lo que da una medida del grado de hipocresía de todos estos personajes. Pero es que, si se trata de reducir el CO2 de la atmósfera, nada puede haber más absurdo que convocar una cumbre en la que no participan los países con mayores emisiones de todo el planeta, comenzando por China, que se calza ella sola la cuarta parte de todos los gases de efecto invernadero producidos por la humanidad.

Pero de lo que se trata en estos aquelarres socialistas no es de estudiar una amenaza real, sino alimentar la psicosis planetaria para justificar la erradicación de espacios de libertad y, mientras tanto, enriquecer a las élites mejor conectadas con el poder. Desde ese punto de vista es muy oportuno que el encuentro se haga en la tierra de los faraones porque, en efecto, sus participantes están allí para hacer el egipcio: con la mano de delante te amenazan y con la de detrás trincan un dineral. La mitad, aproximadamente, de lo que previamente te ha robado el Gobierno. La otra mitad es para hacer campañas llamando "derrochólicos" a los ancianos que van a pasar frío en invierno; no por el cambio climático, sino por las decisiones de todos los sinvergüenzas que estos días van a disfrutar de las bondades del calentamiento global en uno de los balnearios más lujosos del mundo.

Ya volverás, Sánchez, ya volverás.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios