Menú
José García Domínguez

El Frente Antifascista

Génova ha sabido leer bien el nuevo mapa de coordenadas impuesto a la desesperada por el presidente en funciones.

Génova ha sabido leer bien el nuevo mapa de coordenadas impuesto a la desesperada por el presidente en funciones.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la presidenta del PSOE, Cristina Narbona | Europa Press

Como Pedro (el otro), que negó tres veces a Cristo antes de reintegrarse a la disciplina del aparato, Feijóo se ve en la necesidad imperiosa de ningunear a Vox hasta el 23 de julio. Luego, ya se verá. Pero si lo hace es porque los estrategas de Génova piensan que Abascal no tiene ahora mismo ninguna otra alternativa más que someterse a los designios del PP. Y no se equivocan. Porque, en efecto, no la tiene. Génova ha sabido leer bien el nuevo mapa de coordenadas impuesto a la desesperada por el presidente en funciones.

Así, Feijóo ha andado rápido de reflejos a la hora de identificar la única clave decisiva del nuevo escenario agitativo que se abrió el pasado domingo tras concluir las votaciones. Una clave monotemática y exclusiva que se va a llamar frente antifascista. Y es que todo va a girar en torno a la contingencia de que el miedo a los fachas en La Moncloa cale entre la base sociológica de la izquierda alternativa. No habrá más historia que esa en esta campaña. Y Feijóo, que no es el provinciano gallego que tantos suponen todavía, lo ha visto a la primera.

A estas horas, hay dos variantes de la izquierda alternativa en España: la tonta y la deprimida. La tonta es la que se presentó en Huesca dividida en cuatro listas distintas. Entre las cuatro, obtuvieron el 18% de los votos emitidos y ni un solo concejal, ni uno, cero patatero. La deprimida, por su parte, es la que anda pensando quedarse otra vez en casa el 23 de julio. Así las cosas, lo de los tontos lo puede arreglar Yolanda. O no. En cuanto a lo de los deprimidos, solo los podría sacar del Prozac y del diván del psicoanalista que el PP incurriese en un discurso agresivo que los asustara lo suficiente como para arrastrarse hasta el colegio electoral más cercano. Lo demás, decía, da igual. Da igual porque el resto del pescado está vendido. En julio, los del PP van a ser los mismos del domingo. Y los del PSOE, también. El frente antifascista, ahí empieza y acaba este asunto.

Temas

En España

    0
    comentarios