
Casi un mes después de los aspavientos de Angels Barceló por el adelanto electoral de Pedro Sánchez parece cada vez más claro que no existe la "grandeza" y "audacia" que vieron muchos columnistas en el anuncio del presidente. ¿Fue el adelanto una inteligente artimaña? ¿O más bien un gesto improvisado de pura rabia ante un resultado inesperado (al menos eso dicen en Ferraz) que no tenía absolutamente nada detrás salvo el objetivo de sepultar cientos de titulares fúnebres sobre el 28-M? Pasan los días y cada vez parece más lo segundo, y la oportunidad que graciosamente nos brindó Sánchez para rectificar y frenar a la derecha va camino de convertirse en el momento de contestarle que no, que la derrota no fue "injusta", que en los votos no hubo errores y que aunque Sánchez saque a todos sus ministros a repetirles que tengan miedo de Feijóo porque les va a "traicionar" y va a aliarse con la "ultraderecha", a la inmensa mayoría de sus votantes les va a dar igual con tal de ver al presidente fuera de la Moncloa.
Quizás esa percepción empiece a calar en el PSOE: que la "ola reaccionaria" a la que deberíamos temer los españoles y que querían utilizar para animar a los suyos va a en realidad a llevárselos a ellos por delante por una derecha "hipermovilizada", como explicaban a Carmelo Jordá en un reciente reportaje, ante una argucia basada solo en la esperanza de la abstención (y está por ver a quién le afectará más) y el manidísimo argumento de la extrema derecha, algo que quizás acabe beneficiando a Feijóo a costa de Vox como ya apuntan algunas encuestas.
En un escenario de arenas movedizas para el PSOE, el rápido pacto para gobernar la Comunidad Valenciana ha puesto la puntilla al partido, enredado en mensajes zafios, groseramente manipulados o directamente falsos. Baste como ejemplo el último vídeo de la factoría electoral de Ferraz con Borja Sémper otra vez de protagonista. Da igual que Carlos Flores, condenado por maltrato psicológico, finalmente saliera del pacto, y que lo hiciera por el rechazo del PP; Ferraz usa el propio veto para acusar al PP de auparlo: "A Feijóo le vale para España", dicen en medio de una música inquietante.
Este es el futuro que Feijóo ocultaba a los españoles.#PPVox #FeijóoConsiente pic.twitter.com/Q13vBXpIhE
— Santos Cerdán León (@santicl) June 14, 2023
Otro mensaje del partido en Twitter, de similar profundidad, exhibe un retuit del PP con el contenido del acuerdo en Valencia publicado por Vox como prueba irrefutable de que son lo mismo. También tratan de presentar a Feijóo como autor de "pactos ocultos", aludiendo a la velocidad de un acuerdo que les deja sin el habitual culebrón de negociaciones con jugosos titulares. Y resucitan la petición de Feijóo de que gobierne la lista más votada para decir que lo incumplirá, sin mencionar que esa propuesta tenía como condición que también lo aceptara el PSOE.
Pilar Llop, Isabel Rodríguez, Diana Morant, Nadia Calviño, María Jesús Montero, Félix Bolaños, incluso Margarita Robles han repetido el mismo estribillo, desgañitándose con más o menos fortuna contra PP y Vox ante la noticia de un acuerdo que ha llegado con una polémica fugaz, que supone la confirmación de la pérdida de una de las más importantes plazas socialistas y que no va a convertir la campaña, de momento, en un rifirrafe constante en la derecha con Sánchez de gozoso espectador.
Entre tanto, el presidente presentaba este miércoles ante los embajadores los objetivos de una presidencia europea que quizás sólo le dure unos días exhibiendo una exquisita contención por mandato de la Junta Electoral. "Hola, Europa", es el eslogan del que iba a ser el broche de oro de su legislatura. Puede que poco más le dé tiempo a decir antes de que las urnas le digan adiós.
