Uno de los muchos juegos de mano que emplea nuestra alegre pandilla pro Hamás para no ya plantear una equivalencia moral entre los asesinos y sus víctimas, sino colocar a Israel como mucho más condenable que los grupos terroristas palestinos, es decir que Israel "asesina" civiles o que "asesina" niños. Y que como mueren más palestinos que israelíes, es una prueba de que Israel es peor. Es lo mismo que argumentar que, como en la Segunda Guerra Mundial los británicos o los estadounidenses mataron muchos más civiles alemanes que viceversa, los nazis eran claramente superiores moralmente a los aliados.
Es mentira, claro. Asesinar no es matar sin más. Por eso el Código Penal castiga los homicidios en general y considera el asesinato como un caso particular. Si por un despiste al volante atropellas a alguien sin querer podrás haberlo matado, sí, pero no asesinado. Asesinato es un término más preciso, que como mínimo implica que es algo deliberado, y que tiene una carga moral que no se debe extender a quien no los comete sin banalizar la palabra. Pero claro, hablamos de quien banaliza el Holocausto calificando de nazis a los judíos por intentar defenderse, así que la banalización del concepto de asesinato tampoco les va a frenar.
Israel avisa con antelación a los civiles para que evacúen las zonas y los edificios que bombardea para destruir la infraestructura de Hamás en la Franja, a pesar de que al hacerlo puede reducir la efectividad de sus ataques. Si quisiera matar palestinos sin más, es decir, asesinarlos, tiene capacidad militar de sobra para hacerlo. Y la tiene desde hace décadas; si empleara su arsenal sin ningún freno moral no quedaría un solo palestino vivo. Y sin embargo la población de Gaza y Cisjordania no ha hecho sino crecer desde 1948. O bien los judíos son los genocidas más ineptos de la historia o el "genocidio palestino" no deja de ser otra mentira más de quienes odian a los judíos por el hecho de serlo.
Naturalmente, en los bombardeos mueren palestinos inocentes aunque el Tzahal ponga el mayor de los cuidados en evitarlo. Pero la Convención de Ginebra culpa de las bajas civiles usadas como escudos humanos no a quien ataca sino a quienes los usa como tales; en este caso Hamás, no Israel. Y por buenas razones, dado que el objetivo es desincentivar que los contendientes usen a los civiles para protegerse. Pero aunque ambos bandos intentaran evitarlo, es una guerra, y en las guerras mueren civiles; por eso hay que evitarlas a toda costa. Es lo que lleva haciendo Israel desde hace años. La tecnología de la Cúpula de Hierro ha permitido reducir el impacto sobre la población civil de los continuos ataques con cohetes que llevan realizando los gazatíes desde que Hamás tomó el control de la Franja, evitando que las autoridades israelíes contesten a todos y cada uno de ellos. Tanto se confiaron que empezaron a dar a los gazatíes permisos de trabajo en Israel y a relajar la vigilancia. Lo han pagado carísimo.
Hamás, en cambio, asesina a conciencia a los civiles israelíes, como vimos el 7 de octubre. Mataron a los militares imprescindibles para poder acceder a los kibutz a masacrar a los judíos inocentes y desarmados. Violaron, quemaron y decapitaron a sus víctimas. Llamaron a sus padres para celebrar sus crímenes ("¡He matado diez judíos!"). Grabaron orgullosos sus asesinatos de inocentes en vídeo, en ocasiones empleando los móviles de sus víctimas para que sus familiares lo vieran. Quemaron bebés y sí, los decapitaron. Violaron a las asistentes al concierto por la paz junto a los cadáveres de sus amigos muertos antes de matarlas. Pasearon los cuerpos de sus víctimas por Gaza mientras el público aplaudía y escupía a los cadáveres. Y mientras lo hacían no gritaban "¡No a la ocupación!" o "Stop genocidio palestino", sino "Allah Akbhar".
Hay una diferencia entre Israel y Gaza, sí. Pero es una que no deja bien a quienes sueltan el bulo de que Israel "asesina" niños.