
Pedro Sánchez es un O’Brien edulcorado, como pasado por Kathleen Kennedy y el Clan Barroso. Para el presidente del Gobierno, dos y dos son cuatro algunas veces, pero otras veces son cinco; otras, tres, y, en ocasiones, cuatro, cinco y tres a la vez. Remito a la hemeroteca. A diferencia de los chicos de Génova, sabe que quien controla el pasado, controla el futuro, y que quien controla el presente, controla el pasado. Este miércoles, en el Congreso de los Diputados, evangelizó su Ingsoc de "transición ecológica", ataques a Israel y ofertas envenenadas de presunto diálogo al PP con la percha de informar del balance de la Presidencia española del Consejo de la UE. Con descaro y aplomo.
Y, sobre todo, con tedio. El líder del Ejecutivo no tortura con descargas eléctricas, sino con chapas. Cincuenta minutos duró un automasaje en el que despidió a su "querida Nadia (Calviño)", vicepresidenta saliente que aportó, en su opinión, "rigor, brillantez y audacia"; en el que exigió "que se detenga la muerte de civiles en Gaza" y repitió que "las Cortes Generales y el Gobierno" reconocerán el Estado palestino "porque hay seres humanos sufriendo, niños y niñas sufriendo, perdiendo la vida" –si es por esto, igual reconocen como Estado la Cañada Real–, y, ojo al dato, en el que señaló no a rivales o adversarios, sino a "enemigos": "Tenemos enemigos tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Y algunos están sentados en esta cámara". Con la audiencia boqueando, suplicando clemencia y sollozando que vale, que dos y dos son cinco, el Gran Cansino le pidió al líder de la oposición una reunión para abordar la renovación del CGPJ, la reforma del Artículo 49 de la Constitución y la reforma del sistema de financiación autonómica: "Diálogo como quiera, cuando quiera, donde quiera y sobre lo que quiera. Pero diálogo, no berrinche".
A Feijóo se la dejó botando: "Como quiera: sin mediador. ¿Le parece bien reunirse sin mediador conmigo? Donde quiera: en Ginebra no, en el Congreso de los Diputados. Cuándo: el próximo viernes –22 de diciembre–. ¿Y cómo? Sin soberbia, sin imposiciones y con un orden del día oficial. (...) ¿Será usted capaz, señor Sánchez? Yo sí". El líder del PP censuró la "entrega de la Alcaldía de Pamplona a Bildu", "una indecencia moral", y tildó de "decepcionante" la presidencia de turno del Consejo de la UE de Sánchez, afeándole que sea el "mayor comprador de toda Europa de gas licuado ruso" y "el segundo comprador mundial después de China", amén de que insultara a Netanyahu, el "primer ministro de un país que había sufrido el mayor ataque terrorista de su historia": "El mayor reconocimiento internacional que ha recibido estos meses en la felicitación del grupo terrorista Hamás. Enhorabuena, señor Sánchez, otra compañía estupenda para construir su muro".
Además, Feijóo le recordó a Sánchez que "nadie habla de abandonar Europa, no, sus socios hablan de abandonar España, es decir, la UE", le describió como "un brillante agente de descrédito de nuestro país" y tiró del rifirrafe que mantuvo el presidente del Gobierno con Weber: "¿Se permite dar lecciones a un político alemán con una mentira?". Sobre la reunión ofrecida por el protagonista del último libro de Irene Lozano no firmado por la expresidenta del CSD, también dijo que se enteró de ella a través de los medios y que, "a los cinco días, llamó su jefe de gabinete a mi partido". "Es una forma curiosa de mostrar interés y respeto", ironizó.
Santiago Abascal, a lo Petronio del Quo Vadis? de Sienkiewicz –"¡Salud, augusto, y no cantes; asesina, pero no hagas versos; envenena, pero no bailes; incendia, pero no toques la cítara!"–: "Siga manipulando, mintiendo y engañando, pero por favor, hágalo de manera más breve. Mentiras más resumidas, por favor". El líder de Vox resumió la presidencia europea de Sánchez con el aplauso de Hamás y el abucheo de Estrasburgo, un "bochorno histórico", subrayó que el Gobierno pertenece al Grupo de Puebla, "el mayor aliado en Latinoamérica de Putin", preguntó qué le debe el presidente a Marruecos y criticó a Feijóo por no hablar del "fundamentalismo islámico" y por querer reunirse con el O’ Brien de la Moncloa.
Por su parte, Errejón habló en valenciano tan bien que el traductor del Congreso incluyó en su transcripción un "ininteligible". Gabriel Rufián: "La Navidad nació en Palestina. 50.000 palestinos celebran la Navidad. ¿Qué mensaje tienen para los niños palestinos estas fiestas? Ustedes que son tan católicos. (…) Lo digo porque, en todo este tiempo, en Palestina han muerto 19.000 personas. La mitad, niños y niñas". El compañero Carmelo Jordá, al respecto: "Es más tópico que el caganer. No hay nada más moñas que relacionar la Navidad con Palestina, como si Jesucristo hubiese salido del portal de Belén de la mano de Arafat". Míriam Nogueras, el Cujo de Puigdemont, lloró porque a los suyos los llaman "terroristas", "delincuentes" o "nazis" y porque el catalán no es "lengua oficial en Europa". María de las Mercedes Aizpurúa, la de EH Bildu: "No nos falle". El villancico de este año lo firma David Bowie: "Someone to claim us, someone to follow, / someone to shame us, some brave Apollo, / someone to fool, someone like you. / We want you, Big Brother".
