El próximo sábado día 9 de noviembre se celebra el XXXV aniversario de la Caída del Muro de Berlín. En el Centro Diego de Covarrubias, desde donde defendemos el liberalismo y el cristianismo como conformadores de una serie de principios que han permitido el superior desarrollo humano y prosperidad material de Occidente y entre los que destacan: la defensa de la vida, de la libertad y de la dignidad del individuo, de la propiedad privada, de la libertad de empresa y de control del gobernante, nos gusta reunirnos en torno a tal fecha y otorgar un premio a alguien muy relevante en su trayectoria en favor de la libertad.
Este año lo volveremos a hacer en su víspera para celebrar, además, el I aniversario de la nueva vida de don Alejo Vidal-Quadras, que el 9 de noviembre de 2023 salió indemne de un atentado terrorista que pretendió acabar con su vida. No sabemos si los que intentaron asesinar a Alejo sabían del enorme significado de la fecha para un amante y luchador por la libertad como Alejo. Tampoco sé si cayeron en la cuenta de que habían elegido para cometer su ignominioso acto la Villa de Madrid en el día que celebra su Santa Patrona, Nuestra Señora de la Almudena, que, no cabe duda, protegió y salvó a la víctima como sólo una madre sabe y puede hacerlo.
En cualquier caso, el próximo viernes día 8 de noviembre, el Centro Diego de Covarrubias entregará a Don Alejo Vidal-Quadras i Roca el Premio de Honor Diego de Covarrubias por su trayectoria incansable en defensa de los principios que antes he apuntado. Se puede afirmar que el homenajeado de este año ha derramado su sangre en la defensa de estos principios. No se le puede pedir más a un hombre.
La libertad siempre está en peligro. Algunos pensaron, tras la caída del Muro de Berlín, que se inauguraba la era de la libertad. Sin embargo, hemos visto que no. El retroceso de la misma ha sido particularmente grande en Occidente, desde donde parecía que se extendería, ya derribado el impedimento que intentaba en vano controlar su expansión, al resto del Mundo. La libertad ha retrocedido y viene retrocediendo por culpa de eso que podríamos llamar el Gobierno Grande: un Estado que pretende planificar todas las actuaciones, en todos los ámbitos, del individuo según el parecer del gobernante.
Un Gobierno Grande que se vuelve inoperativo para cumplir con las funciones mínimas que sería razonable que desplegara en favor de la vida y de la seguridad de sus ciudadanos, como estamos viendo estos días en Valencia. El fracaso del Estado, su colapso, vendrá de haber sobrepasado los límites de lo que estaba llamado a ser como organización humana. Eso sí, antes habrá generado mucho dolor y sufrimiento.
En cualquier caso, hace treinta y cinco años, los alemanes orientales con su actuación pequeña y diaria, como gotas de agua, derribaron finalmente el muro de la vergüenza un 9 de noviembre y nos mostraron la podredumbre que había al otro lado. Alejo, con sus palabras y sus escritos, allí donde ha ido, ha defendido y alentado la defensa de la Libertad y ha experimentado el odio de sus enemigos, los de la Libertad, también un 9 de noviembre.
Nosotros, en el Centro Diego de Covarrubias, no queremos que estas fechas pasen desapercibidas. La Libertad es tan necesaria como el aire que respiramos, su ausencia, poco a poco, de manera casi imperceptible, produce los mismos efectos. Alejo sigue vivo y la Libertad no puede morir.
Rubén Manso Olivar
Presidente del Centro Diego de Covarrubias