![Pepe Álvarez, cuatro años más con el colesterol a raya - Pedro Gil Ruiz Durante los próximos cuatro años podremos disfrutar de las perífrasis y admoniciones de un señor más cursi que un repollo con lazo.](https://s.libertaddigital.com/images/trans.png)
Caminando unos 200 metros por la calle de Santa Brígida, si partes desde el número 88 de la de Hortaleza —en esta dirección estuvo la sede de UGT durante 30 años, hasta 2017— se llega a Riveira do Miño. Un restaurante que reivindica, con sus ajustados precios, el derecho de todo ciudadano a zamparse una mariscada. Por 49 euros, dos personas salen servidas. Harían bien en disfrutarlo esos obtusos que siguen con la cantinela del "comegambas". Que el proletariado deguste cigalitas, nécoras y demás productos de nuestros mares es algo que un demócrata —y si es liberal con mayor motivo— debería aplaudir… siempre que los comensales no carguen ‘la dolorosa’ al contribuyente o al afiliado.
Un astuto Pepe Álvarez, conocedor de los bajos instintos de esos absolutistas irredentos que disparan sus trabucos rezumantes de ojeriza y consciente, también, de su responsabilidad como secretario general de la UGT, convocó a los suyos y se conjuró a no probar crustáceos —ni decápodos ni cirrípedos— hasta cesar en el cargo. "Además le viene bien para el colesterol", añadió uno de esos asistentes que le acompañaron a Madrid desde los paisos catalans. Personal que le sale por un riñón a las finanzas sindicales, ya que suelen llegar al trabajo entrada la mañana del lunes, se vuelven a Barcelona el jueves por la tarde y les pagan el alquiler durante todo el año.
El compañero Pepe ha renovado la colección de fulares y más animado que nunca aspira a que sus correligionarios y correligionarias le renueven el "sí te queremos". Lo harán en el 44º Congreso de UGT que se celebra esta semana. Si todo va bien y la salud le acompaña, durante los próximos cuatro años podremos disfrutar de las perífrasis y admoniciones de un señor más cursi que un repollo con lazo. Dejará el cargo con 72 abriles y establecerá una marca que se antoja imbatible entre la gerontocracia ugetista.
Lo anunció en Barcelona el pasado 5 de septiembre: "Yo os aseguro que con 68 años que tengo, si no creyera que en estos momentos (ininteligible), no conviene dejar al sindicato en una situación en la que tardará algún tiempo en poder poner, eh.., en marcha eh, eh… el sindicato en un rendimiento cien, pues seguramente que no llegaría a la conclusión a la que he llegado, pero merece la pena…". Explicó los retos que debe enfrentar. No son muchos, pero desconciertan. ¿Quizá se queda para evitar que el Sistema de Salud sea el "principal elemento de absentismo que existe en nuestro país"? ¿O porque "hay que formar a los desempleados para que puedan encontrar un empleo de los que tanto habla la patronal y que, por cierto, luego no existen"?
Oyéndole, te percatas de que su evolución como dirigente le ha provocado una abstrusidad irreversible. Irá a peor, dicen. Observando al auditorio que le escucha —dirigentes de la UGT catalana— confirmas que esa potencia del alma que es el entendimiento hace tiempo que se dio de baja del sindicato.
Al igual que sucede en el PSOE de Sánchez con los órganos encargados de controlar a la dirigencia, (Felipe González lo clava: "En mis tiempos los comités federales del PSOE duraban un día y medio y solo intervenían los críticos. Hoy duran hora y media"… incluidos los minutos de aplausos), en la UGT del compañero Pepe la gestión que se presenta a los delegados al Congreso es un cuento ilustrado. Se trata de que "el relato" les guste y todo sea muy emotivo. No se dan datos económicos. Ni de afiliación. Que son la prueba del nueve de la salud del sindicato.
Los afiliados aumentan pero se mantienen igual. Un prodigio. Se lee en el Informe que se presentó al 43º Congreso —mayo de 2021—: "Desde el año 2017 la Organización ha crecido de forma estable y continuada en afiliación neta. La media anual de altas al Sindicato es de 70.000 personas". Según esto hay que sumar 280.000 nuevos afiliados. En este Congreso anuncian que están "en el buen camino", del año 2020 a 2023 han aumentado más de 85.000 nuevas afiliaciones. ¿365.000 afiliados netos desde 2017 a 2023? Nadie preguntará por la consistencia de estos datos porque saben que todo es un montaje. Según su documentación, los afiliados representados en el 42º Congreso (2016) fueron 826 mil. Hace unos días, en la rueda de prensa previa al 44º Congreso, confirman que, ocho años después, están "cerca de 850 mil". Dividan por 1,75 y esa será una cifra más cierta.
Ni ellos mismos saben lo que tienen pero sí que les iría muy mal de no ser por el Gobierno. La disminución de las cuotas se compensa con subvenciones. La Información Económica de la Comisión Ejecutiva Confederal (CEC) lo confirma. Quizá por eso dejaron de publicarla en 2022 —los documentos se encuentran en la web de UGT—. El año 2015 fue el último de Cándido Méndez como Secretario General. En el Informe económico de la CEC de ese año los "ingresos propios del sindicato" son 21 millones de euros (aclarar que es lo que recibe la dirección nacional por cuotas, no los ingresos por este concepto de toda la UGT). Los "ingresos por programas", (subvenciones), no llegan al millón de euros (906 mil). ¿Qué ha pasado seis años después? En el Informe de 2021 —último disponible— las cuotas que recibe la CEC han disminuido en un 50% (de 21 millones bajan a 10,1) y las subvenciones se incrementan en un 1.000% (de 906 mil a 10,6 millones de euros). ¡Se nota, se siente, Yolanda está presente!
Me comenta un viejo conocido que "no es lo mismo sentido de la oportunidad, que oportunismo. Aunque suenen parecido". Viene al pelo porque Pepe Álvarez, que unos días antes de las elecciones del 23 de julio de 2023 alertaba de "la deriva reaccionaria del PP, cuyos gobiernos eran una amenaza para el sistema democrático", ha considerado conveniente invitar al "jefe de la reacción" al Congreso y, además, con derecho a micrófono. Nunca había sucedido. Algo se malicia el muy cuco de Álvarez y le está dando coba a Feijóo, que sigue con síndrome de Estocolmo desde sus tratos con los sindicalistas de Correos, hace de esto más de 20 años. Debe saber, don Alberto que Pepe va camino de ser el único secretario general de la UGT que no ha convocado una huelga general en España y eso es un baldón. Así que, si Sánchez se rinde o el Tribunal Supremo lo empitona, a poco que usted le dé una excusa organizará un buen pitote. A cada lisonja del pícaro Álvarez no correspondida, sumará un agravio contra usted. Avisado queda.