El nombramiento de una abogada de Bildu al frente de la consejería de Justicia e Interior del Gobierno navarro ha sido recibido con la lógica indignación por parte de la mayoría de los ciudadanos de aquella comunidad autónoma. Las instituciones públicas han de estar al servicio de la Justicia y de la democracia, es decir, lo contrario de lo que va a ocurrir a partir de ahora con el Gobierno de la comunidad foral, en manos de separatistas, radicales y proetarras.
Pero la llegada de Beaumont Aristo a la consejería de Interior lleva aparejada una nueva fuente de preocupaciones, sobre todo para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que, con buen criterio, han decidido suspender toda colaboración con la policía navarra a fin de evitar que información sensible llegue a manos de la banda terrorista ETA.
El nombramiento de esta abogada vinculada con los movimientos proetarras es, por sí mismo, un escándalo que interpela la capacidad de nuestro Estado de Derecho para protegerse de los que buscan su destrucción. Pero, más aún, lo que demuestra esta indignante decisión de la presidenta navarra Uxue Barcos, es la renuncia del Gobierno de Rajoy a perseguir con la ley en la mano a las organizaciones que, como Bildu, son la franquicia electoral de una banda terrorista para llegar con éxito a las instituciones públicas.
El Partido Popular ha tenido ocasión de instar la ilegalización de Bildu haciendo uso para ello de los informes de la Policía y la Guardia Civil, en los cuales se acredita con insistencia y abundancia de pruebas la vinculación decisiva entre esta coalición política y la banda terrorista ETA. En lugar de incoar los procedimientos legales para impedir su participación en las elecciones, el Gobierno ha decidido mirar para otro lado aludiendo a supuestas dificultades de cara a obtener sentencias favorables en los tribunales. Una excusa bien miserable, dada la politización abusiva que padece nuestro sistema de Justicia, como hemos tenido ocasión de comprobar en numerosas ocasiones.
Bildu ya controla la Policía Foral de Navarra, que es como decir que dicho cuerpo policial está en estos momentos en manos de la ETA. En el PP surgen ahora las lamentaciones y las declaraciones públicas denostando esta situación abominable, pero si Bildu está ahí es, fundamentalmente, porque el Gobierno y el PP lo han permitido.