Menú
EDITORIAL

Gobierno chantajista

Pedro Sánchez pretende instalarse en la excepcionalidad y gobernar como si España fuera una democracia 'fake' o una satrapía bolivariana.

El presidente del Gobierno social-comunista apoyado por golpistas y proetarras insiste en mantener el estado de alarma de manera indefinida, afirmando con total desparpajo que es la única manera de combatir eficazmente la pandemia del coronavirus. Pedro Sánchez pretende instalarse en la excepcionalidad y gobernar como si España fuera una democracia fake o una satrapía bolivariana.

Miente Sánchez cuando asegura que no hay un Plan B alternativo al estado de alarma. Por supuesto que lo hay. Realizar test masivos a la población, permitir al mercado la provisión de de medios de protección de adecuados y controlar la evolución de la epidemia con las medidas previstas en la legislación ordinaria en materia de salud pública: con estos tres elementos se puede construir una barrera más que suficiente para evitar un repunte de la pandemia; pero eso obligaría a Sánchez a desprenderse de las prerrogativas que en su día se arrogó a cuenta de un estado de alarma cada vez más injustificado.

Miente también Sánchez cuando afirma contar con los partidos de la oposición, a pesar de que no les consulta sus decisiones y se enteran de ellas a través de las entregas semanales de su ominoso Aló Presidente. Y miente, en fin, cuando presenta sus comparecencias en el Parlamento como un gesto de buena voluntad hacia el resto de partidos, cuando lo cierto es que está obligado a hacerlo, muy especialmente habiendo de por medio un estado de alarma que ha de ser renovado por las Cortes.

Sánchez no solo no consulta a la oposición, sino que la insulta prácticamente a diario a través de sus ministros, su bochornosa portavoz parlamentaria y su brazo mediático, compuesto de medios públicos y subvencionados. A pesar de la campaña permanente de intoxicación contra Pablo Casado e Inés Arrimadas, Sánchez pretende que PP y Cs le sigan firmando un cheque en blanco a la mayor gloria de su Gobierno pernicioso, que para colmo está copado por comunistas volcados en un cambio de régimen.

Si Sánchez quiere seguir abusando de sus prerrogativas como un caudillo tercermundista, que lo negocie con sus socios naturales, los mismos que lo empotraron en la Moncloa, y se entienda él con una Europa a la que también se le agotan las reservas de paciencia. La oposición no puede ser cómplice de este chantaje al pueblo español por parte de un Gobierno tan incompetente, tan tóxico, tan perturbador.

Temas

En España

    0
    comentarios