Hace poco, en un programa televisivo de la 1,salieron un grupo de muy jovenes empresarios españoles, afincados en el EStado de California.uno Ingeniero telecomunicaciones,otro informatico y otro no me acuerdo.
Comentaban que dicho Estado les aportaba a fondo perdido,el dinero para montar su idea-negocio.que 7 de cada 10 sobrevivian y con los impuestos que las 7 generaban(en un tiempo determinado), sufragaban los gastos de las diez.No obstante a las otras 3 les volvian a dar otra oportunidad,porque consideraban que el espiritù empresarial debia aprender de los errores.
Uno de estos jovenes empresarios,(creador de un software especifico para telefonia movil) al dar a sus empleados 22 dias habiles de vacaciones al año,se frotaban los ojos.
E.E.U.U.-Europa y España como el dia.la noche y la cueva.

Seis meses y hasta cinco años Thickasa.

Llamar empresario al que pone un 'negocito' o ayuda en el de casa es el primer paso para desorientar a la juventud que necesita ocupación. Y llamar funcionario al empleado, lo mismo.
Reclamar horarios y pagas justas y trabajar para ganarlo, en lo que sea, es como se hacía antes.

Y la mitad de ellos con subvención, padrino y lo que haga falta.
Aquí, los verdaderos emprendedores son los inmigrantes, sobre todo los orientales (chinos, paquistaníes, etc.)

En España, con 17 reinos de taifas y casi 3,5 millones de empleados de la administración es casi para masoquistas montar cualquier tipo de empresa, y salvo que tengas asegurado el negocio por vía de la prebenda política y/o el chollo caciquil de turno, es más fácil esperar que alguien te contrate o el maná del paro, PER, etc.
Montar una empresa supone luchar con ayuntamientos, autonomías y bancos en un proceso de al menos 6 meses de papeleos y trámites.
En España todo está multiplicado por 17. Es un esfuerzo enorme para abrirse paso desde cero en un mercado saturado, con escasas garantías de éxito. Ese 2% ya sabían que iban a montar su negocio antes de empezar a estudiar, con toda seguridad ya que disponían las "ayudas" y "canales" adecuados para su negocio. Vamos, que invente otros que decía Unamuno.