Mario Vargas Llosa se encuentra desde hace unos días en Uruguay en la localidad de Punta Del Este dando unas conferencias, y parece ser que a su vuelta tiene pensado regresar al monasterio navarro de Leire.
Al premio nobel le gusta retirarse allí para desconectar de la vida tan ajetreada que lleva. No para de viajar por cuestiones de trabajo y a pesar de tener 81 años, su aspecto no puede ser mejor y su actividad es impresionante. Según me comentan, es gran amigo del abad del monasterio y los días que pasa allí a pesar de ser agnóstico, lo disfruta muchísimo. En más de una ocasión ha comentado que hay tanto silencio en aquel lugar que se puede escuchar.
Vargas Llosa suele ir solo ya que es un lugar de retiro y no es la única personalidad que acude al monasterio, ya pues también acuden directores de grandes empresas a pasar unos días de retiro y recogimiento.
Por su parte Isabel Preysler, su novia, se encuentra en Miami, donde ha ido a conocer a sus nuevos nietos, los mellizos que ha tenido su hijo Enrique y Anna Kournikova, el pasado diciembre. Esa fue la razón de la ausencia de la pareja en la boda de su hermana Ana con Fernando Verdasco y también impidió que se reuniese toda la familia por Navidad como le gusta a Isabel, que parece ser que su estancia se prolongará por semanas, que aprovechará para disfrutar de los dos nuevos miembros de la familia.