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El encanto de Aviñon

Aviñón, la única ciudad del mundo que ha sido sede del Papado además de Roma, no sólo guarda los monumentos de esa época de esplendor medieval, sino que tiene mucho encanto.

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Las murallas de Aviñón, fotografiadas al amanecer.

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El famoso puente de Aviñón, inmortalizado por la canción y que fue destruido por una riada en el siglo XVII.

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La impresionante fachada del Palacio de los Papas, que nos da una idea del tamaño del edificio.

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Turistas en uno de los patios del Palacio de los Papas.

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El Gran Tinel, el gigantesco salón para banquetes que en tiempo de los Papas llegaba a albergar a miles de personas.

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Una de las ventanas del Palacio de los Papas de Aviñón, con una visitante fotografiando la ciudad.

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Las vistas desde uno de los puntos más elevados del Palacio de los Papas de Aviñón.

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Así se ve Aviñón desde el Palacio de los Papas.

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Una calle del centro de Aviñón, al atardecer.

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Bares y restaurantes en una plaza del centro histórico de Aviñón.

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Una cabina transformada en una pequeña biblioteca pública en Aviñón.

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Otra de las calles del centro histórico de Aviñón, una ciudad francesa pero con una influencia italiana evidente.

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Interior del Palacio Ceccano, un histórico de la ciudad convertido hoy en una biblioteca con esta espectacular sala de lectura.

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En el hermoso centro histórico de Aviñón todavía viven unas 15.000 personas.

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La imponente entrada el fuerte de San Andrés, construido por los reyes de Francia en Villeneuve-lès-Avignon para no perder de vista a los Papas.

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Dentro del Fuerte de San Andrés había una antigua abadía de la que sólo queda una parte.

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Aviñón y el Palacio de los Papas vistos desde el Fuerte de San Andrés, al otro lado del Ródano.

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Claustro de la Cartuja de Notre-Dame-du-val-de-Bénédiction, también en Villeneuve-lès-Avignon.

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La torre construida por el rey francés Felipe IV para controlar lo que entonces era una frontera, ya que Aviñón pertenecía a los Estados Pontificios.

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Una calle de Villeneuve-lès-Avignon.

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