La película de la que más se va a hablar esta semana es El Cautivo, el nuevo trabajo de Alejandro Amenábar, que nos sitúa en Argel en 1575 durante el cautiverio que sufrió Miguel de Cervantes tras ser capturado en alta mar por corsarios moros. La producción me parece excelente; la dirección de actores es perfecta, como suele ser habitual también en Amenábar que sabe elegir muy bien el reparto; la fotografía es impresionante...
¿Cuál es el problema que yo tengo con la película? Que estamos hablando de una historia en la cual no sabemos lo que es verdad, lo que es mentira, dónde se ha basado Alejandro Amenábar para contarnos la historia de este contador de historias, porque lo que le vemos es contando, no escribiendo, historias y nos apunta en varios momentos de dónde surgirían posteriormente los personajes de El Quijote de La Mancha, la obra más leída en todo el mundo.
Tengo sensaciones muy encontradas con El Cautivo: por un lado me parece que la forma en la que Amenábar la ha hecho está muy bien, aunque creo que las dos horas y cuarto son un poco excesivas. Sin embargo, cuando centra la historia en el ambiente homosexual de la época pues a mí me chocan mucho. Alejandro Amenábar nos cuenta que Miguel de Cervantes tuvo un amor con su captor, el Bajá de Argel pero sin especificar si los sentimientos del propio Cervantes eran reales o una forma de supervivencia. Estoy seguro que El Cautivo chirriará y enfadará a muchos tras verla.
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