La agresión a Casquero, la entrada a Dani Alves en la Champions, la patada en la cabeza a Xavi Torres... y ahora el pisotón a Leo Messi en la mano. Es el último episodio de las locuras de Pepe, que pierde la cabeza cada vez que se ve superado por los acontecimientos.
El clásico de este miércoles en el Santiago Bernabéu, en la ida de cuartos de final de la Copa del Rey (1-2), dejó esa imagen para el recuerdo mientras el mundo del fútbol, desde aficionados a directivos, pasando por los propios jugadores, se pregunta por qué, rescatando las palabras de Mourinho en la mejor rueda de prensa que se le recuerda y, probablemente, se le recordará jamás.
Crece, pues, la leyenda negra de Pepe, un futbolista con mucha calidad, sin duda uno de los mejores centrales del mundo, pero también estandarte de un juego violento indigno de un profesional.
La mayor locura de Képler Laveran Lima Ferreira –así es el nombre completo de Pepe– se produjo hace ya casi tres años, concretamente el 21 de abril de 2009, durante un partido de Liga entre Real Madrid y Getafe en el Santiago Bernabéu en el que brilló el Pipita Higuaín. Entonces, el defensa lanzó dos patadas a Javier Casquero mientras éste se encontraba en el suelo y después propinó un puñetazo a Albín. El Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF) tomó cartas en el asunto y castigó a Pepe con diez partidos de suspensión.
En octubre de 2010, se las tuvo tiesas con Albert Luque, entonces en el Málaga, cuando enfilaban el túnel de vestuarios. El delantero catalán fue a recriminarle al madridista su actitud durante el partido. Aagarró a Pepe de la oreja y éste le respondió con un manotazo en el rostro. Sólo un mes después, el luso también fue declarado persona non grata en Gijón. Varios jugadores del Sporting se encararon con él por haber dedicado varios cortes de manga a la grada tras un gol de Higuaín.
Este mismo año, Pepe volvía a protagonizar una acción violenta durante la derrota del Madrid en el campo del Levante (1-0). En esa ocasión el daminificado fue Xavi Torres al propinarle una patada en la cabeza después de ir a cazarle el tobillo.
También ha sido protagonista negativo Pepe en cuatro acciones concretas en partidos contra el Barcelona. Primero en la última final de la Copa del Rey, disputada el 20 de abril de 2011 en Mestalla, al dedicar varios cortes de manga a los seguidores culés, como ya había hecho previamente en Gijón.
Después, sólo una semana después, en la ida de ida de las semifinales de la Liga de Campeones en el Santiago Bernabéu (0-2). El colegiado alemán Wolfgang Stark sacó la roja al portugués, que entonces jugó de mediocentro, por una entrada a Dani Alves, aunque las imágenes de televisión no terminaron de aclarar si el luso había tocado o no al brasileño.
En agosto pasado, durante el partido de ida de la Supercopa de España jugado en el Bernabéu, Pepe aprovechó una tangana para lanzarle una patada por bajo a Víctor Valdés, intentando no ser visto por las cámaras de televisión, aunque éstas le acabaron delatando.
Su última fechoría es el pisotón a Messi. Después de que el árbitro Muñiz Fernández se girase tras haberle mostrado la amarilla a Callejón por una entrada al propio delantero argentino, Pepe aprovechó que no le veía el colegiado para pisar la mano de la Pulga.
Se trata del mayor lunar del jugador blanco durante el partido, pero no del único. Minutos antes, hizo teatro al fingir un supuesto manotazo de Cesc Fábregas en la cara –las imágenes de televisión aclararon que le tocó levemente en el pecho– y, por si fuera poco, también falló en el marcaje a Puyol en la acción que supuso el gol del empate a uno. En definitiva, una noche lamentable de un jugador que pierde los nervios cada vez que le exigen más trabajo de la cuenta.