Adios al alma 'dakariano'
Partiendo de que el sur de América es una joya y esconde recovecos perfectos para testar las dotes de los pilotos que se atreven con el Dakar, el sur de América no es África. ¡Claro que no es África! Es de Perogrullo, pero le falta alma de Dakar, más desierto y etapas de navegación. Además, si ante las primeras etapas que se asemejan bastante a las que hace años se vivían en el desierto africano la dirección de carrera neutraliza la etapa, el poco espíritu, el alma "dakariano" se termina de diluir como un azucarillo en un vaso de agua. Es cierto que nadie, y yo me sumo, quiere que haya bajas, muertes, pero a los pilotos hay que decirles que esta no es una carrera cualquiera, es la carrera más dura del mundo. Y aunque esto también parezca de perogrullo, parece que se ha olvidado. La preparación debe ser máxima, también la concentración pero uno debe saber de qué pasta está hecho, y si en mitad del desierto uno se da cuenta de que todavía la aventura se le queda grande, no hace falta ponerse al límite y esperar a que la organización crea que la situación es insostenible para unos pocos y por eso hay que parar a todos, por el bien general. Que yo sepa, y quizás sea demasiado crítica, esta carrera no es una carrera general, es una carrera de pilotos, de lucha interior, de resistencia, de pundonor y también de responsabilidad. Por eso cuando un piloto está a punto de sufrir un golpe de calor debería parar antes, y parar su carrera no la de los demás, muchos de los cuales han superado el escollo.
Esta es sin duda una crítica a la neutralización de la etapa Belén- Belén por el exceso del calor. Creo que la dirección de carrera, liderada por el español Marc Coma, fue demasiado conservadora, tal y como aseguraron también muchos pilotos que vivieron la etapa como la piloto de motos española, Laia Sanz.
Cosas así me han hecho creer con más energía que nunca que el Dakar debe volver a su lugar de origen, a su cuna. La organización de la carrera lleva varios años intentado encajar la manera de hacerlo, y de momento aseguran que es imposible organizar una prueba de este calibre en un continente tan convulso como el africano. Pero también existe el convencimiento de que el modelo suramericano está agotado y que hay buscar nuevos alicientes para el Dakar, convertido más en un rally de muchas etapas que en el raid más extremo que se disputa en el mundo. Por esta razón y aunque la organización ya ha confirmado que Argentina y los países vecinos acogerán el Dakar en 2017, se han empezado a hablar de nuevos emplazamientos como China que darían un vuelco a esta carrera, sí, pero lo cierto es que seguiría sin ser el Dakar.