
La enfermera gaditana que criticó en un mensaje en Tik Tok los requisitos lingüísticos de la Generalidad catalana para asentar el puesto de trabajo fue sometida a un interrogatorio de tenor "policial", realizado exclusivamente en catalán y en el que tuvo que ser auxiliada por una abogada porque sólo llevaba seis meses en Cataluña y tenía un conocimiento limitado del idioma.
La joven profesional, Begoña Suárez, fue citada a declarar en el curso del expediente abierto por el Instituto Catalán de la Salud (ICS). En la notificación, a la que ha tenido acceso El Mundo, el órgano sanitario de la Generalidad califica el asunto como una "información reservada" en fase de instrucción.
Según el referido diario, que cita fuentes del hospital Valle de Hebrón, donde ejercía la "acusada", el interrogatorio fue particularmente duro. El tercer grado tuvo lugar el pasado 28 de marzo, tres días antes de que expirase el contrato que vinculaba a la enfermera con el centro sanitario.
También fueron citadas a declarar otras tres enfermeras que aparecían en el vídeo colgado en Tik Tok y en el que Suárez se quejaba de los requisitos para consolidar la plaza en estos términos: "el puto nivel C-1 de catalán" y "se sacará el nivel C-1 de catalán mi madre, porque yo no". El independentismo se dedicó a viralizar el vídeo y orquestó una campaña contra la enfermera que llevó a esta a solicitar una baja y finalmente a abandonar Cataluña tras no renovársele el contrato que la ligaba al hospital del Valle de Hebrón.
Las amenazas del consejero Balcells
Las enfermeras "investigadas" alegaron que la grabación del vídeo se produjo durante su descanso para comer y que encontraban en el punto de control acompañando a otra enfermera. La difusión de las imágenes y las críticas de la enfermera provocaron una incendiaria intervención del consejero de Sanidad, Manel Ballcels, en el parlamento regional, así como en Twitter, donde dejó dicho que "declaraciones como estas son intolerables en una servidora pública. Desde el centro hasta el departamento llegaremos al fondo de la cuestión. Abrimos un expediente. El sistema sanitario debe garantizar la atención en la lengua propia de Cataluña, en eso trabajamos cada día".
Los medios afines al independentismo y políticos como el prófugo Carles Puigdemont arremetieron contra la enfermera en el marco de la campaña para imponer el catalán en la sanidad pública y desterrar el idioma español. También los sindicatos se cebaron contra la sanitaria. El instructor de la "información reservada" que firma la citación es Enric Juvé Tormo, según se puede apreciar en el documento que publica El Mundo. Juvé Tormo, fue número 2 de la lista de UGT en las elecciones sindicales en el Hospital de Bellvitge en 2015.
Cuando trascendió que a la enfermera, natural de Cádiz, no se le renovaba el contrato, el consejero Balcells aseguró que cesaba la investigación. Sin embargo, no ha sido así y las otras tres enfermeras que aparecían en el vídeo y cuyos contratos han sido renovados están a la espera de las conclusiones del citado funcionario de la Generalidad.
En el marco de la campaña en contra del español de la Generalidad, el pasado enero trascendieron las exigencias lingüísticas para el personal sanitario de fuera de Cataluña a fin de consolidar sus plazas. Las organizaciones Hablamos Español y Convivencia Cívica Catalana denunciaron la "convocatoria de los procesos selectivos de estabilización mediante concurso de méritos y concurso oposición" en diferentes categorías, de los médicos y enfermeras al personal administrativo y de logística. En dicha resolución se deja claro que en la mayoría de los puestos a concurso se exigirá el nivel C1 de catalán (nivel de suficiencia), según han denunciado las entidades Hablamos Español y Convivencia Cívica Catalana.
En el comunicado de ambas entidades se apuntaba que gran parte del personal sanitario que opta a las plazas llegó a Cataluña de otras partes del resto de España durante los primeros tiempos de la pandemia. "Las autoridades sanitarias catalanas no les pidieron titulación de catalán porque la necesidad apremiaba ante la situación de emergencia sanitaria. Ahora, después de tres años trabajando en el sistema de salud catalán, pueden acceder a esta convocatoria de estabilización de plaza, pero les exigirán un C1, a pesar de que ningún idioma les ha impedido realizar su trabajo hasta ahora", indicaban.
El pasado marzo, tras el bullyng en redes al que fue sometida la enfermera, surgió un grupo de médicos con el propósito de imponer el catalán en la sanidad pública. A tal efecto, presentaron el siguiente decálogo:
1. Escribir siempre en catalán en la historia clínica (cursos, altas e informes).
2. Dirigirse a todo el mundo en catalán en el momento de emprender una conversación, independientemente de su origen o aspecto externo.
3. Atender siempre en catalán a los pacientes en primera instancia y cambiar de lengua si hay dificultad de comunicación.
4. Mantener el catalán en sesiones y reuniones, aunque alguien hable en castellano.
5. Escribir los informes en catalán. Hacer una copia en otro idioma si se pide.
6. Hacer las recetas en catalán.
7. Llamar a los pacientes en catalán en las salas de espera.
8. Hacer los informes de derivación y peticiones de pruebas en catalán.
9. Responder en catalán a cualquier documento de centros sanitarios catalanes independientemente de la lengua en la que nos haya sido enviado.
10. Promover el catalán normativo y vigilar los anglicismos. Utilizar el Termcat Salut. (Un diccionario editado por las autoridades lingüísticas autonómicas).
La propuesta coincide con el plan de la Generalidad para imponer el catalán, que contempla la figura de un "coordinador" lingüístico en cada centro sanitario para vigilar el cumplimiento de esas normas y también con las campañas de "Plataforma per la Llengua" y Òmnium Cultural.

