El expresidente de la Generalidad prófugo en Bélgica, Carles Puigdemont, ha decidido calentar la víspera de la sesión constitutiva de la XV legislatura en el Congreso de los Diputados con un aviso a los negociadores del PSOE. Exige "hechos comprobables antes de comprometer ningún voto" cuando quedan menos de 24 horas la elección de la presidenta del Congreso y demás componentes de la Mesa del Congreso.
En Junts han acogido con suma frialdad la candidatura de la socialista Francina Armengol, expresidenta balear, para presidir la Mesa, a pesar del perfil proclive a los independentistas de la socialista. Y para demostrar que todo está en el aire, Puigdemont ha recurrido a su procedimiento favorito, la red social X, para lanzar una advertencia a los negociadores de Pedro Sánchez.
"Los puntos cardinales de nuestra posición no han variado, por más previsiones y carreras de última hora que haya, y algún insulto que se les descontrola. Es decir: no tenemos ninguna confianza en los partidos políticos españoles, toda precaución es poca y las promesas ni nos calientan ni nos enfrían. La Mesa del Congreso, para nosotros, no va de tener un cargo dentro ni tampoco va de la investidura", ha escrito Puigdemont de entrada.
Els punts cardinals de la nostra posició no han variat, per més pressions i corredisses de darrera hora que hi hagi, i algun insult que se'ls descontrola. És a dir: no tenim cap confiança en els partits polítics espanyols, tota precaució és poca i les promeses no ens escalfen ni…
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) August 16, 2023
Sobre esas premisas, ha añadido que "no podemos avanzar nacionalmente a base de promesas formuladas por quien siempre las incumple, y por eso son necesarios hechos comprobables antes de comprometer ningún voto. Y eso tanto vale si hablamos de acuerdos para la Mesa como si hablamos de acuerdos de más calado, como sería el de la investidura".
De modo que a Puigdemont no le valen las promesas de una amnistía y el debate abierto por juristas de la cuerda del PSOE y de Sumar al respecto para facilitar el control "progresista" del Congreso. El mensaje de Puigdemont revela la profunda desconfianza del prófugo, que tiene su raíz en los hechos afectos al golpe de Estado de octubre de 2017.
El prófugo no se fía de Sánchez y ha decidido añadir más presión y subir el precio de la Mesa en las horas previas al arranque de la legislatura, en la que configuración del órgano rector de la cámara es crucial para permitir, por ejemplo, que el Ejecutivo sanchista pueda gobernar a golpe de decreto, como en la pasada legislatura.
El fugado no se fía
Pero el mensaje de Puigdemont no acaba ahí. "El sistema político y mediático español habla de chantaje, pero es un error que revela hasta qué punto ignoran, sea por desinterés o por soberbia, la realidad que nos ha llevado hasta aquí. Es el resultado de una profunda desconfianza, basada en hechos reales, que no desaparecerá por un acuerdo y que un desacuerdo hará más profunda".
El prófugo alude, entre otras cuestiones, a la negativa del Gobierno de Rajoy a descartar en público la aplicación del artículo 155 de la Constitución, y al voto a favor del PSOE en el Senado, cuando diversos interlocutores empresariales y el lehendakari Urkullu convencieron a Puigdemont de que optara por cancelar la independencia y convocar elecciones autonómicas. Ante el silencio, el entonces presidente de la Generalidad optó por mantener la proclamación de independencia y huir de España con parte de su gobierno.
Ese episodio está en el origen de la desconfianza de la que habla Puigdemont, para quien el PP y el PSOE son las dos caras de una misma moneda. Y la propuesta de amnistía le parece, por el momento, vaga e inconcreta.