
El Mundo
"La investidura deja una España partida en dos: Sánchez no convence al 53%". No hace falta encargar una encuesta para concluir eso. "Empresarios y fondos alertan del riesgo de invertir en España tras la investidura de Sánchez". El editorial intenta dar ánimos a la alicaída más de media España a la que el PSOE ha declarado la guerra. "Arranca una legislatura muy divisiva que aboca a una tensión política sin precedentes. Sin embargo, precisamente por la legítima desmoralización que cunde hoy entre millones de ciudadanos, resulta crucial que ni la oposición política ni la sociedad civil cedan al plan polarizador de Sánchez abandonándose a la resignación". Dice Manso que es el momento del PP. Sánchez se los come vivos. Excepto a Ayuso, claro, la reina de la fruta.
"Los populares ostentan la oposición más poderosa de la historia democrática. Si bien son una minoría fuerte en el Congreso, controlan tanto el Senado como 11 comunidades autónomas. Estos días están sabiendo dar voz a las manifestaciones cívicas contra el Gobierno, distanciándose de los lemas antidemocráticos y de la agitación callejera que alienta Vox", a los que parece que paga Sánchez. Menuda banda. "El espacio de la moderación constitucional es ancho: corresponde a Feijóo la tarea de seducirlo". Ya es tarde. Y mientras existan los chalados de Vox no hay nada que hacer. Sólo sirven para hacer el payaso y montar numeritos, como Podemos. En fin, un editorial optimista pero alejado de la realidad.
Federico Jiménez Losantos vive en la España real. "Los discursos de los acreedores de Sánchez en su embestidura no dejan lugar a dudas sobre el destino que los partidos de extrema derecha -Junts, PNV- y extrema izquierda -Bildu, ERC, Sumar, PSOE- que colocan a Sánchez en el poder nominal, porque el real son ellos, reservan a España: el desguace de la nación y la imposición, a espaldas del pueblo español, de una república bolivariana en el sur de Europa, tras derribar la Monarquía parlamentaria que los ciudadanos nos dimos en la Constitución de 1978". La verdad es que Rivera lo clavó, la banda y el plan de la banda, lástima que en lugar de explicarlo bien se largara de vacaciones. Sus objetivos: "la oposición, los jueces, los empresarios, los medios y el Rey".
"Por desgracia, Sánchez no ha levantado el Muro de Pedrín, como satirizaba Jorge Bustos, sino el auténtico, el de Berlín, para disparar por la espalda a los que quieran salir y asaltar un día a los que se niegan a entrar". "Toda la izquierda española -y antiespañola- pertenece al Cartel de Puebla, que acaba de clavar un puñal en el corazón de Europa".
Bustos menciona el besamanos bochornoso por el que pasaron uno a uno los diputados del PSOE a rendir pleitesía al jefe. Parecía una escena de El Padrino. "Cuando se seque la espuma del jueves (quizá su único día feliz de la legislatura) se dará cuenta de que el bunkerizado es él. De que ese besamanos a pie de bancada por el que fue desfilando la recua servil -los mismos que jurarán, cuando Pedro caiga, que ellos fueron los primeros en advertirle del riesgo- es una escena de estricto interior, porque la calle ya no podrá pisarla sin haberla acordonado previamente". Ya ves tu, la calle. Se acaba de pasar la calle por el forro sin despeinarse.
El Mundo advierte hoy de que la persecución a la prensa no adepta al régimen ha comenzado. "La detención de dos periodistas de EL MUNDO y de El Español durante la protesta convocada frente a la sede del PSOE en la noche del pasado miércoles constituye un exceso en la actuación de la Policía Nacional, que impidió a ambos profesionales cumplir con su trabajo, amparado en el derecho a la información que asiste a la ciudadanía". La policía del régimen les llevó a comisaría y "fueron acusados de desórdenes públicos por el lanzamiento de «lo que parecía ser una botella», según los agentes".
"Tanto EL MUNDO como El Español estudian emprender acciones legales por detención ilegal y denuncia falsa contra la Policía. Ambos informadores se limitaron a realizar su trabajo informativo, sin incurrir en ningún momento en actitud violenta alguna. Se entiende la dificultad del operativo desplegado en medio de una agitación, que en gran medida, es consecuencia del planteamiento frentista del Gobierno. Pero ese ambiente crispado no puede traducirse en una violación en toda regla de un derecho fundamental como es la libertad de prensa". Esto sucedió el miércoles. No ha esperado Sánchez ni a ser investido para ejercer de dictador. Oposición, jueces, empresarios, medios y el Rey, procuren no olvidarlo. Estas detenciones sólo son un aviso. Una cabeza de caballo a la prensa crítica de Sánchez Corleone Franco. Sí, ese, el de la fruta.
El País
"Mayoría absoluta de Sánchez", celebra el periódico del régimen. Si ayer puso el dictador a los socialistas a hacer cola para besarle la mano, hoy El País lo hace con satisfacción. "Pedro Sánchez ha mostrado en la tribuna y de forma alternativa todos los rostros que envuelven una figura que sigue siendo enigmática, las mil caras de un jugador de fortuna", dice admirado Pablo Orgaz. "Le pregunté si no le desgastaban personalmente tantos insultos", dice el periodista arrastrado. Seguro que a Ayuso no le ha preguntado si la desgasta tanto insulto que recibe de la izquierda política y mediática. Qué asquito dan.
Cómo estarán los periodistas del régimen que Javier Casqueiro califica de "casi ultra" el discurso de Feijóo. Casqueiro, verás, que existe la tele. Y todo el mundo vio al ultra Sánchez agredir a medio país.
"Pedro Sánchez ya es presidente del Gobierno", anuncia Pepa Bueno como si fuera Dios. "Pedro Sánchez ha conseguido revalidar su condición de séptimo presidente de la democracia del 78. En un proceso escrupulosamente democrático y constitucional". El problema es que el presidente no es ni democrático ni constitucional. "El discurso que el presidente articuló en su investidura sienta las bases de la socialdemocracia del siglo XXI". Lo único que articuló su discurso es la expulsión y persecución de más de la mitad de los españoles de su propio país. "Comienza la tarea de gobernar para todos", dice Pepa. Más bien comienza la tarea de alzar un muro contra media España en palabras del mismísimo presidente. No hacía falta que lo dijera, ya lo hemos sufrido desde que llegó al poder. Sánchez hizo "un relato de los unos contra los otros: sin puentes, sin matices", confiesa José Andrés Rojo. Así lo dijo, alto y claro. Eso es algo que hemos oído todos, una declaración de guerra.
ABC
"Sánchez logra la investidura, pero no la legislatura". Parece que alguien tiene dificultades auditivas. "Tras dos sesiones parlamentarias singularmente broncas, en las que el candidato elevó un muro frente a la mitad de los españoles en nombre de una supuesta concordia, la investidura da paso ahora a una legislatura que estará determinada por unas insólitas condiciones de origen y por el concurso de unos actores irreconciliables con el interés general de España", dice el editorial.
"La franqueza con la que se expresan los socios del PSOE demuestra que esta legislatura supondrá un verdadero desafío para la convivencia. Sin embargo, esta preocupación no debería ser exclusiva de quienes defendemos con convicción el marco constitucional, sino que el presidente del Gobierno tiene también motivos para la intranquilidad". Mientras, Sánchez duerme a pierna suelta en su colchón en Moncloa. "No debemos descartar que llegado el momento algunos de sus socios le exijan contrapartidas que resulten incompatibles entre sí. Sánchez ha logrado su investidura. El verdadero desafío comienza con una legislatura que seguro será hostil y en la que no hay nada garantizado". El que no se consuela es porque no quiere. Y en ABC, quieren.
Carlos Herrera está preocupado, como muchos, por lo que más importa. "¿Puede sobrevivir –la convivencia– cuando el presidente de un país sube a la tribuna del Congreso a incendiar el debate político? Sánchez, con sus insidias, sus aparatosas mentiras y su desoladora falta de conciencia es la mayor amenaza que hoy existe para la vida en común: su frentismo irresponsable es la garantía para conseguir una polarización social jamás alcanzada en España desde los angustiosos años treinta del siglo pasado. La autocracia es una realidad y la protagoniza un chulángano, blindado por todas las excrecencias políticas y mediáticas del país, que viene a levantar un muro entre españoles. La evidencia está en la calle y también en los trabajos y en las familias". No hablar de política, como durante los años del franquismo. Un presidente del Gobierno socialista que amenaza a la mitad del país desde la tribuna. Esto no puede acabar bien.
La Razón
"Otros cuatro años de Sánchez", dice con optimismo. ¿Cuatro? Qué ilusos. "Ahora, lo que venga después está por escribir porque no hay plan más allá de la convicción que tienen estos colaboradores de Sánchez de que, por más que les amenacen y tensen la cuerda, ninguno de sus socios, ni siquiera Carles Puigdemont, les abandonará en los próximos cuatro años porque «fuera de nuestro Gobierno hace mucho frío»". Recadito claro para los que se agarran al clavo ardiendo del prófugo. Prietas las filas.
Marhuenda confirma que Sánchez "es un claro ganador". "La amnistía es algo que no le preocupa a Sánchez, ya que espera que se olvide en cuatro años. Creo que se equivoca". Se olvidará, Marhuenda, y en menos de cuatro años. "Por supuesto, las autonomías gobernadas por los nacionalistas, Cataluña y el País Vasco, se verán beneficiadas mientras que el resto pagarán la fiesta. España se divide entre los sanchistas y sus enemigos". Un enfrentamiento que alimentará el PSOE (lo de Patxi López de ayer era para salir corriendo de España) día a día.
Rocío Colomer, otra de la interminable lista de opinadores que viven en Babia, dice que "Sánchez deberá lidiar con el cabreo de la calle, pero también en una buena parte de su partido. Muchos, incluido Felipe González, han dicho que la amnistía significa que el Estado se equivocó al oponerse al intento de golpe de Estado de 2017, por lo que con esta medida se blanquean los crímenes de los separatistas". A ver criatura, ¿tu viste lo que hicieron los socialistas ayer en el Congreso? Cola para besarle los pies a Sánchez Corleone. En representación de Felipe González, que no se ha dado de baja del PSOE, estaba Susana Díaz, que acudió con la cabecita gacha a besar al jefe de esa mafia que es ahora el PSOE. Esa es la verdad, hay vídeos, hay imágenes ¿Qué más necesitan algunos para bajarse del burro?





