Querido Pablo:
En la caravana del PSOE se dan los buenos días en torno a las 6 de la madrugada. A veces, incluso antes, a las 5,30. Yo ayer me quedé dormida y me perdí el desayuno y estuve toda la mañana con la mala leche que me sale cuando no he comido "un mamut" -Sandra Léon sabe de lo que hablo-. Por las mañanas, el equipo del candidato nos manda un email: "¡Buenos días caravana!", anuncia en letras rojas de rigor. Nos recuerdan los actos y oradores del día. Y así, nos ahorramos todos, nosotros y ellos, la reiterada pregunta de los 34 periodistas que vamos empotrados con el candidato. Y es que uno de los síndromes de campaña es no saber en qué día vives, -en mi caso hasta en qué año-, en dónde estás y, mucho menos, a dónde vas. Ellos te llevan, te traen, te recogen, te alimentan... y uno se acaba moviendo por inercia, aunque a la velocidad de la luz.
Hoy, por ejemplo, te escribo desde el busPSOE, tras una maratoniana jornada que ha comenzado a las 5:30 de la mañana En menos de 24 horas hemos estado en 5 ciudades de 5 comunidades autónomas. Amanecimos en Toledo, en el Hotel Hilton, donde me dieron ganas de hacerme "una de Durán i Lleida" y quedarme a vivir. Después al bus, dirección Madrid. Y desde Barajas hasta Vitoria, el primer acto del día. De allí, a Burgos, al segundo. Y ahora, otra vez a Vitoria, donde vamos a dormir.
A mí no me descolocan las idas y venidas. De hecho, me gustan. Soy hija de militar y no he vivido más de dos años seguidos en ningún sitio, hasta que fui a Madrid para ser periodista. Por lo tanto, para mí es normal despertarte sin saber dónde estás: si en Cartagena, El Puerto, Ferrol, Vigo o Pontevedra. Y quedarte unos minutos intentando reconocer el escenario sin el menor agobio. Otra cosa es tener que retransmitir en directo tu desorientación. De ahí que a la hora de los directos, la pregunta no podía esperar más: "¿Dónde estamos?" Todos reímos, pero apuntamos la respuesta en nuestro bloc.
No es por echarme flores pero he de decirte que soy una artista montando la RDSI (un complejo aparato para entrar con una espectacular calidad de sonido). Llevo tantos cables que parezco una central eléctrica y soy capaz de montarla -la RDSI- en menos de un minuto -para 'montarla' en general, soy incluso más rápida. ¡Cronometrado! Estaba preocupada por el dichoso artilugio pero ahora hasta reto a mis compañeros: ¡a ver quién gana!". También pienso en el otro lado de la línea. En el oyente que nos escucha desde casa. Nuestras crónicas tan calmadas, serenas y analíticas... ¡Si vieran por un agujerito la que liamos! Un señora grita ¡en tu oído! mientras estás locutando; los operarios, que desmontan ruidosamente el escenario mientras explicas el derrumbre del voto socialista... y cómo llegamos a los sitios. Hoy, por ejemplo, recibimos el aviso del busPSOE. "La señal es cuando el candidato levante la mano para despedirse. Salís corriendo". Y allá nos fuimos zumbando con maletas, cables y ganas de fumar. Creo que no me he fumao un cigarro entero desde que he llegao.
Rubalcaba está ahora más animado. ¿Cuándo fue que me hablaste de mítines alternativos? No fue ayer, ¿no? Pues hoy, en Burgos, ha dado dos mítines: el oficial y otro que ha 'improvisado' subido a una caja en una sala contigua. La ha habilitado el PSOE porque no cabían más en el polideportivo Lavaderos. Te aseguro que es el mejor mitin de Rubalcaba hasta la fecha aunque de improvisado tiene lo que tengo yo de rubia... En definitiva, que la hiperactividad mitinera del candidato es como viajar a la velocidad de la luz. Vas tan rápido que eres capaz de hacer todo lo que en la Tierra se haría en un mes. La diferencia es que en busPSOE sí envejeces y mucho. Pablo, estoy un poco desanimada. Llevaba dos meses con mi cruzada contra las ojeras y en tan sólo unos días (ya perdí la cuenta) parezco la novia cadáver. En fin, al menos sigo disfrutando de viajar a la velocidad de la luz en esta galaxia paralela que es la campaña electoral... ¡del PSOE!
Por cierto, mañana os cogemos el relevo en Baleares. Parece que 'mi' candidato le pisa los talones al 'tuyo'.. ¡Un beso!
Ketty