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Pablo Planas

La historia de la estatua de Pujol en Premià

Una comisión ciudadana de Premià de Arriba ha decidido mantener la estatua erigida en honor de su hijo adoptivo y predilecto, Jordi Pujol.

En Cataluña, bustos y cuadros de Pujol hay muchos, pero estatuas sólo una, en Premià de Dalt (de Arriba), de donde es originaria la familia materna del molt pero no del todo honorable expresidente de la Generalidad. Aún hay quien se resiste a retirar las fotografías con Pujol que decoraban todos los despachos oficiales, semioficiales y paraoficiales de la administración autonómica. El "President", como aún se le llama, es padrino de muchos niños nacidos a partir del año 2003, cuando dejó de dar misas en el parlamento regional y daba satisfacción a sus mayores pelotas, muchos de ellos periodistas, asistiendo a los bautizos familiares. Lo cool en la jet de la espardeña.

Una comisión ciudadana de Premià de Arriba ha decidido mantener tal cual y en su lugar la estatua erigida en honor de su hijo adoptivo y predilecto, Jordi Pujol. Se mantienen los méritos por los que se encargó, realizó y colocó la estatua, que además está en la plaza Jordi Pujol, han determinado los sabios y prohombres de la localidad. El monumento en cuestión configura uno de los rincones más escalofriantes de la Cataluña de 2014. La imagen, que responde a la corriente del realismo socialista en versión norcoreana, se asienta sobre una peana formada por cuatro columnas que otorgan al conjunto un aire entre tétrico y de pongo, que es como se llama a los objetos procedentes del todo a cien que incitan a preguntarse: ¿dónde pongo al gato que levanta el brazo? Pujol, encaramado en las columnas, mirada al frente, manos enlazadas atrás, es el vivo retrato de Mao Tse Tung a la intemperie, sometido a las altas presiones y las bajas pasiones.

La historia de la estatua ha emprendido un giro inesperado. Fueron los socialistas de Premià quienes propusieron retirar "espantapájaros" o "espantaocells", habida cuenta de la confesión del inmortalizado. El pleno municipal se conminó a debatir la cuestión a la vuelta de las vacaciones y a la espera de cómo se desarrollasen los acontecimientos, que dan la razón a quienes pronosticaron un efecto cero del escándalo en la Diada. Mientras, la estatua apareció en los medios de comunicación en todo su esplendor, es decir, llena de mierda de pájaro, de las muy variadas especies de aves que pueblan el lugar, desde la cotorra argentina y la paloma común al mirlo, el gorrión y las amenzantes gaviotas, cuyas excrecencias sobre el presidente Pongo eran tan significativas como notorias e indisimulables.

Una auténtica vergüenza por la que el alcalde, de Convergència, fue llamado al orden. La estatua daba más asco que pena y eso era intolerable. Una mano anónima y de pintura ha acudido presta en ayuda del atribulado munícipe, al tiempo que la comisión de ciudadanos insignes amnistiaba al Pongo. Un día antes de la Diada, el Pujol inane amaneció con un manchurrón de pintura blanca en toda la pechera, ofensa que mataba dos pájaros de un tiro, que es de lo que se trata hablando de espantapájaros. Por un lado queda acreditado el salvajismo de quienes pretenden derribar el tótem del patriarca y por otro justifica una limpieza a fondo del artefacto, dada la composición altamente corrosiva de las deposiciones aviares. Y a eso van, a limpiar a Pujol.

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