A estas alturas no sorprende que El País mienta. Pero el descaro que exhibe en su campaña de difamación contra Libertad Digital es intolerable. Hoy, 28 de octubre de 2014, José Manuel Romero firma una información titulada "El PP adquirió la mayoría de participaciones en Libertad Digital". Con los mismos datos publicaba el mismo José Manuel Romero el 28 de julio de 2014 "Lapuerta y la mujer de Bárcenas se quedaron con 286.000 euros de la caja b". Lo que en julio es una operación pantalla para quedarse con el dinero, como sostiene el juez Ruz, se convierte en tres meses en la adquisición de la mayoría de las acciones de una sociedad.
¿En qué se basa José Manuel Romero para cambiar así el tratamiento de dos informaciones cuyo contenido es, en lo esencial, idéntico? En nada más que en su afán personal o inducido, o ambas cosas, por echar mierda sobre Libertad Digital. En las dos oculta que la ampliación de capital alcanzó los 5 millones de euros. Un dato de dominio público que hurta deliberadamente a los lectores de El País, que me imagino todavía saben sumar y restar. Cuéntanos, José Manuel Romero: ¿qué operación matemática es esa en la que 400.000 euros se convierten en la mayoría de cinco millones? Sólo cabe una ecuación: mentira más mala intención elevada al cuadrado de la indecencia. Lo que se pretende que es que la gente piense que el PP pagaba el periódico digital de Federico Jiménez Losantos, y si para eso hay que decir que 400.000 es la mayoría de 5 millones, se dice. Ya se encargan después de amplificar la mentira las teles del duopolio. Así funciona el negocio de la manipulación en nombre del progresismo.
Por si quedaban dudas de la intención de José Manuel Romero, al tiempo que oculta la cifra total, publicada por Libertad Digital, de la ampliación de capital, sí da credibilidad y utiliza la información facilitada por LD al juez Ruz, en la que certifica la compra y venta de acciones de Álvaro Lapuerta, Luis Yáñez y Rosalía Iglesias (mujer de Luis Bárcenas).
Junto a esa reinterpretación de las matemáticas, hasta hoy considerada una ciencia exacta, en la que 400.000 es la mayoría de 5 millones, Romero se saca de la manga el otro ingrediente para cocinar el engaño: "Libertad Digital atravesaba graves problemas financieros y puso en marcha una operación de captación de capital". ¿En qué sustenta tal afirmación? En nada. No publica ningún balance, ni alude a ninguna deuda de LD, porque no las había entonces ni las hay ahora. Este señor no tiene ni idea de cuál era la situación financiera de LD en 2004. La ampliación de capital tenía como objeto poner en marcha Libertad Digital Televisión. Sencillamente, miente otra vez. Es más, su propia información le deja en evidencia. Dice que "cuando Libertad Digital resolvió sus apuros financieros, los tres vendieron las participaciones". Y él mismo, entre el ridículo y la obscenidad, aporta los datos que lo desmienten. Veamos:
El certificado de Libertad Digital acredita que Francisco Yáñez compró 1.100 acciones el 14 de diciembre de 2004 y las vendió el 21 de diciembre de ese mismo año. En los papeles de Bárcenas figura una entrega de 121.000 euros a Yáñez para la compra de acciones de Libertad Digital el 29 de octubre de 2004 y la devolución de esta misma cantidad por parte de Yáñez a la caja b del PP el 23 de diciembre de 2004.
Como se ve, los apuros financieros eran tan severos que se solventaron en una semana. Sin duda, un récord en la gestión y administración de empresas. Yáñez compra las acciones el 14 de diciembre y las vende el 21 de diciembre.
En el caso de Lapuerta, dice José Manuel Romero que "vendió las participaciones a su nombre y obtuvo unas plusvalías de 60.000 euros". Un beneficio indicativo también de los "graves problemas financieros". En lo que se refiere a Rosalía Iglesias, esto es lo que dice Romero:
Rosalía Iglesias, mujer de Bárcenas, recibió de la caja b del PP el 29 de octubre de 2004 146.600 euros para la compra de 1.360 acciones, operación que certifica Libertad Digital con fecha 14 de diciembre de 2004. Tres meses después, Rosalía Iglesias vende esas mismas acciones.
O sea, apenas tres meses después de comprar las acciones, la mujer de Bárcenas las vende para, presuntamente, comprarse una casa en Baqueira, pero la cuestión eran "los graves problemas financieros de Libertad Digital".
Lo más asqueroso de la campaña de El País y afines es la cobardía. Me recuerda a los grupos de cabezas rapadas, que son muy valientes cuando van diez contra uno pero solos necesitan dodotis. Es muy fácil denigrar a un medio pequeño que sobrevive –sin deber un euro a ningún banco ni a nadie– gracias al esfuerzo de sus trabajadores, con sueldos infinitamente más bajos que los de El País, cuando te puedes permitir una deuda multimillonaria gracias a que la vicepresidenta del Gobierno negocia con los bancos su refinanciación y así mantener un nivel salarial muy por encima de la media. Sólo Juan Luis Cebrián cobra mucho más del doble que las 120 nóminas de Libertad Digital y esRadio juntas. Es muy fácil atacar a los pequeños cuando recibes y has recibido durante años, en términos relativos, 50 veces más publicidad institucional. Y hay que tener mucha cara para hablar de dinero negro cuando el ejemplar ciudadano Oleguer Pujol te compra las sedes por cientos de millones de euros que todo el mundo sabe de dónde proceden.
Basta con ver los masajes que recibe Soraya Sáenz de Santamaría en el otrora diario independiente de la mañana desde que negocia con los bancos en nombre de Prisa. No voy a aceptar lecciones de independencia de nadie, mucho menos de El País. Tampoco de las cheerleaders que en otros medios se han apuntado a la campaña. Si hay algo tan corrupto en España como la política es el negocio de los grandes grupos de comunicación y el oficio periodístico en general. Lo sabemos todos. Nos conocemos todos. Así que, queridos compañeros, lecciones, ni una.