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David Vinuesa

Griezmann, ¿por qué te fuiste del Atlético?

El francés fue el mejor ante el Valladolid con un gol y una asistencia en una hora de partido.

El francés fue el mejor ante el Valladolid con un gol y una asistencia en una hora de partido.
Antoine Griezmann celebra el segundo gol de su equipo frente al Valladolid. | EFE

Hacía muchísimo tiempo que el Cívitas / Wanda Metropolitano no vivía un partido de esos en los que puedes incluso irte tranquilamente a tomar algo o al baño sin la tensión de saber que te estás jugando la vida en cada jugada. De hecho, hay que remontarse a los partidos a puerta cerrada por la pandemia del covid-19 para encontrar partidos fáciles del conjunto de Simeone en casa. Recuerdo dos, un 6-1 al Granada y un 5-0 al Eibar. Quizá fue tranquilo el 2-0 al Barcelona del año pasado, pero no tanto como el choque ante el Valladolid que a la media hora ya estaba resuelto. Es demasiado tiempo para un equipo grande y más en su propia casa.

El Atlético jugó uno de sus mejores partidos en casa de los últimos años y lo hizo sobre todo porque aparte de sacar un once ofensivo, el equipo quiso ser ofensivo. No es lo mismo. Habría dado igual que Simeone hubiese metido a Lemar, Llorente, Correa, Griezmann, Morata y compañía si estos no tuvieran la orden y la intención de atacar para llevarse el partido en los primeros 45 minutos, no en los segundos. El Atlético necesita jugar 90 minutos, no 45 y ante el Valladolid mostró la única versión que le puede dar motivos para creer en una victoria copera en el Santiago Bernabéu.

Eso sí, aparte de la actitud, el Atlético necesita siempre a su estrella. Necesita a su mejor jugador. A ese futbolista que aún no se sabe por qué cambió la felicidad del Metropolitano por un Camp Nou que ni siquiera le consideraba una prioridad. Hablo por supuesto de Antoine Griezmann. El francés es buenísimo y cuando él tiene un buen día es difícil que el Atlético no ofrezca una gran versión en creación y finalización de juego. Ante el Valladolid, Griezmann le regaló de tacón el 1-0 a Morata y en el segundo remató un centro de Nahuel Molina para ir encaminando la goleada. Estuvo perfecto y el Cholo le cambió a la hora de partido pensando en el derbi. Además, Antoine jugó por la parte izquierda, pero lo hizo con libertad absoluta para moverse por todo el frente de ataque. Es ahí donde más brillas y es ahí y de ese modo como le quiere Simeone.

Junto a Griezmann, Morata y Hermoso ofrecieron una versión que si mantuviesen todos los días les haría pasar de desesperantes por momentos a grandes estrellas del panorama futbolístico. El ‘9’ o mejor dicho, el ‘19’, marcó el 1-0 con un recorte genial y una definición de puro killer, pero más tarde fue evidenciando por qué es una lotería de cara a puerta. Cuando Morata tira de instinto es letal, sin embargo, cuando piensa demasiado en la jugada, se atasca. Lo mismo que le pasa a Hermoso. Ni es tan mal central como muchos dicen ni es tan bueno como él se cree a veces. Su falta de intensidad y sus ganas de riesgo le restan, pero cuando soluciona eso se puede marcar partidos tan buenos como el que jugó ante los pucelanos. Lo mismo le pasa a Nahuel Molina que sigue creciendo día a día con el cartel de campeón del mundo colgado al pecho. Si Llorente no tiene una lesión de cara al derbi, argentino y español serán vitales en la banda derecha colchonera.

Y por último está Memphis Depay. Debut corto, pero intenso del holandés. Demostró todo lo bueno que puede hacer y que aún está falto de ritmo y minutos. Eso sí, Depay le enseño al Metropolitano que se puede tener talento y hacer jugadas sencillas a la par que prácticas. No hace falta hacer un caño en cada acción o una fantasía en forma de regate. Lo que necesita el Atlético es contundencia y si él se la puede dar, mejor que mejor. El Atlético necesita goles, no joyas que brillen mucho. ¿Hay mejor escenario que el Bernabéu para ser prácticos? No y por eso esta versión del Atlético debe ser igual o mejor en el derbi. Solo así se podrá levantar un título esta temporada.

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