Europa (etimológicamente, "la del rostro amplio" o, también, "la de Occidente") fue el nombre de una princesa fenicia, raptada por Zeus, que presidió el reino de Creta. Ese fue el origen de la civilización europea, al principio reducida al territorio de la Hélade, la antigua Grecia. Desde sus orígenes significó un empeño talasocrático. Su aportación cultural primigenia fue el alfabeto, traído por los fenicios de los territorios del Asia Menor. El mito griego de la Europa original explica muy bien que su civilización haya penetrado en el resto del continente y, por extensión, en amplias partes del mundo. Es decir, ha sido raptada, simbólicamente, por las demás unidades culturales.
Europa fue, pronto, la sede del orbe cristiano, asentado inicialmente sobre los límites del Imperio Romano. Contó siempre con una notable influencia judía.
Europa ha sido un territorio ambicionado varias veces por las incursiones musulmanas. Solo lograron asentarse en España durante varios siglos. Actualmente es amplia la proporción del censo europeo de ascendencia musulmana.
Europa es un espacio tachonado de la memoria de los campos de batalla y de cementerios bélicos de distintas épocas. Incluso el centro decisivo de las dos guerras mundiales ha estado en el paisaje europeo.
Europa ha sido una pequeña porción del continente euroasiático que ha explorado y conquistado todos los demás continentes, el logro de sucesivos imperios marítimos (portugués, español, inglés, etc.).
Europa ha sido un mosaico de Estados nacionales, su creación política más característica, que se ha expandido a todo el mundo. Curiosamente, todas las capitales de los Estados europeos (excepto Madrid y alguna otra menor) se instalan a orillas del mar o de un río navegable. Es el resto de la vocación talasocrática de sus orígenes.
Europa es una constelación de monumentos y obras artísticas con estilos muy diferentes a lo largo del tiempo.
Europa es una rica diversidad de lenguas (incluso dentro de una misma nación) con influencia en el resto del mundo.
Europa es una profusión de literaturas nacionales, que han dado origen a celebrados héroes o arquetipos para todo el mundo.
Europa es una inacabable nostalgia de pasadas glorias, incluidas, también, notables derrotas y persecuciones.
Europa ha mantenido, durante siglos, una completa hegemonía sobre otros continentes, hasta que ha sido sobrepasada por la de los Estados Unidos de América (el vencedor de las dos guerras mundiales). El testigo lo recogerá, pronto, China, un Estado sin tradición europea.
Europa despliega una parte de su cultura a través de una red única de museos, con atractivo para todo el mundo.
Europa ha sido la sede fundacional de la institución del conocimiento científico, como el ápice del uso sistemático de la razón. Fue la gran innovación de los antiguos griegos.
Europa es, hoy, algo más que la Unión Europea, al comprender, también, el Reino Unido, Suiza, Rusia, Ucrania y otros pequeños países fuera de ese club de naciones. Es muy improbable la completa reunificación política y económica de todos ellos. La Unión Europea ni siquiera dispone de un ejército común.
Europa representa también, al final, un modo de instalarse personalmente en el mundo. Puede simbolizarse, por ejemplo, por una estancia confortable, colmada de libros y cuadros.