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Ni buenos ni malos, incorregibles

A Jorge Luis Borges le costó varios intentos definir a los peronistas. Tras muchos rodeos, llegó a una conclusión de urgencia que, con los años, se ha convertido en un juicio genial: “¿Los peronistas? ...no son ni buenos ni malos, son incorregibles”.
 
Ignacio Villa ha demostrado en su instantánea de Alberto Ruiz Gallardón la vigencia de la frase de Borges. Si de algo puede presumir a día de hoy el Partido Popular es de tener una base social ignífuga, quizá por eso le protestaban a Gallardón los bomberos en la puerta del recinto ferial. Pero este viernes, la primera sensación que ha trascendido del XV Congreso del PP ha sido el encontronazo entre las intervenciones del alcalde de Madrid y del portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana.
 
A nadie se le escapa que esta reunión es la primera sin Aznar, y desalojados del poder después de ocho años. Por ello, las causas de la derrota estaban en el primer folio de los discursos. Para Gallardón fueron los errores –“no es ningún secreto que algo debimos hacer mal”–. Para Zaplana y Acebes, la campaña de las infamias del 11, 12, 13 y 14 de marzo. La diferencia de criterio, quizá debiera ser sometida al juicio de quienes pase lo que pase siguen al partido y ahora no dudan en vestirse de naranja. Se sorprendería Gallardón.

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