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EDITORIAL

¿Para esto echaron a María San Gil?

Entre el Partido Popular o la nada, el PP vasco ha optado claramente por lo segundo.

El proceso de renovación de la cúpula del Partido Popular vasco, presentado como un ejemplo de unidad y cierre de filas, está poniendo de relieve la existencia de una batalla soterrada por el poder en la cúpula nacional del PP. Las dificultades de Arantza Quiroga para conformar un equipo directivo parecen haberse zanjado con la elección de Nerea Llanos como su número dos, pero la oposición frontal del bando liderado por Alfonso Alonso, partidario de integrar en la lista a su hombre, Iñaki Oyarzábal, aventuran un Congreso con fuertes discrepancias y del que el PP vasco puede salir más dividido de lo que ya está.

La clave de esta lucha de poder reside en la disputa que mantienen María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Arantza Quiroga, presentada en primera instancia como candidata de unidad, cuenta con el favor de de Cospedal, mientras que Alfonso Alonso, a las órdenes de Sáenz de Santamaría, va a seguir hasta el último momento intentando colar en la dirección vasca a personas de la confianza de la vicepresidenta. Como ejemplo de unidad, el espectáculo que está brindando el PP en el País Vasco tiene difícil parangón.

Lo que cabe preguntarse, en vista del panorama, es qué beneficios ha obtenido el Partido Popular con el descabezamiento de su sección vasca. Desde que en 2001 Mayor Oreja encabezara su lista autonómica, el PP vasco no ha hecho más que perder apoyo electoral: así, ha pasado de 327.000 votos a los poco más de 130.000 de la última cita con las urnas. Con espectáculos como el que está dando en este asunto, sus expectativas no hacen sino empeorar.

Tan sólo la existencia de un partido unido y fortalecido en torno a un proyecto político claro podría compensar, siquiera en parte, la sangría de votos que el PP vasco viene sufriendo desde hace una década. Sin embargo, el debate de ideas está ausente en esta batalla, entre otras cosas porque todos los que la libran están de acuerdo en hacer lo contrario de lo que siempre defendió el partido bajo las riendas de María San Gil.

María Dolores de Cospedal expresó recientemente de manera muy gráfica cuál es la estrategia de su partido a medio plazo diciendo que hoy, en España, es "el Partido Popular o la nada". En el País Vasco, el PP ha optado claramente por lo segundo.

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