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Andalucía

La transformación de Juanma Moreno se palpa en la calle: "Me motiva el contacto con la gente"

Libertad Digital muestra el lado más personal del presidente de la Junta de Andalucía y candidato del PP.

Libertad Digital muestra el lado más personal del presidente de la Junta de Andalucía y candidato del PP.
Juanma Moreno, presidente de la Junta y candidato popular, paseando por la calle en la campaña electoral. | PP Andaluz

Isabel Bonilla viste traje negro y recoge su cabellera con una pinza. Con la ayuda de un bastón y de sus familiares se ha desplazado hasta la sede que el PP tiene en el municipio malagueño de Alhaurín el Grande. Se abanica con la parsimonia de quienes llevan toda la vida haciéndolo, conocedora de ese perfecto equilibrio de esfuerzo justo para aliviar el calor. Su efigie personifica el andalucismo de las ancianas que se sientan con familiaridad a departir sobre la vida en una mañana de sábado en aceras de pueblos blancos y geranios en los balcones.

Es hermana de Antonia y de María, la madre de Juanma Moreno. Ha venido a ver a su sobrino, que ha pedido expresamente hacer una parada en su pueblo en el ecuador de la campaña para las elecciones del 19 de junio. Cuando lo ve aparecer, rodeado de una masa humana, sonriente, "tan delgadito", no puede contener las lágrimas. Para Isabel no es el presidente de la Junta de Andalucía y candidato a la reelección. Sigue siendo el niño con el que pasaba largas temporadas en el pueblo. El que jugaba al fútbol en las plazas o hacía los deberes del colegio en el mostrador de la tienda de una vecina.

Cauta, discreta, tranquila, Isabel dice emocionarse por "lo mucho que ha sufrido" su sobrino con la pandemia. De diferente carácter es su hermana Antonia, que guarda un gran parecido físico con el presidente andaluz. Se muestra algo intranquila y muy dicharachera. Reconoce que no sabe "a quién ha salido" su sobrino, porque en su reata tienen mucha sangre y "él es tan paciente, tan tranquilo". No quiere que la multitud le tape la visión de Juanma, que va a pronunciar unas palabras y va a destapar su cartel de campaña, que cuelga en el edificio del partido.

Tras reivindicar sus hondas raíces, "una familia humilde y trabajadora", Moreno Bonilla tira de la tela que deja al descubierto su cara con las palabras "Juanma presidente" y "Andalucía Avanza". Comenta una alhaurina que el retrato "no le hace justicia", porque "es más guapo al natural". Al igual que sus tías, todos los que le conocen "desde siempre" emplean las mismas palabras para definirlo: "Tiene un gran corazón y es muy buena persona".

Quedan minutos para que den las doce del medio día, lleva casi una hora disfrutando de su gente y ya va tarde a un acto institucional en Marbella. Pero el tiempo no es óbice para atender hasta la última persona que quiera estrechar su mano con él o hacerse una foto. "Le gusta escuchar. Cuando le asaltan por la calle con reivindicaciones le crean un problema, porque se desvive por ayudar", cuenta alguien de su entorno más cercano a Libertad Digital.

Esta vez no le ha dado tiempo a a acercarse al cementerio municipal a visitar la tumba de su padre, Juan Moreno. Aunque lo suele hacer a menudo "de incógnito", desvela un vecino. El progenitor del presidente andaluz fue un emprendedor que trabajó como mecánico en la fábrica Seat de Barcelona y después montó una tienda de ultramarinos en Málaga, donde se instaló definitivamente con su familia.

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Juanma Moreno durante la campaña.

Con una combinación de nostalgia y emoción por el recuerdo, el candidato popular vuelve a subirse en su caravana para seguir con la apretadísima agenda que le lleva a recorrer la segunda comunidad más extensa de España. Se sirve de los trayectos para hacer llamadas, entrevistas y preparar actos; entre otras cosas. En sólo una semana ha recorrido 1.500 kilómetros. Y en medio de la vorágine, saca tiempo también para atender LD.

Confiesa que lo que más le gusta de la campaña es "el contacto con la gente". Por el contrario, la falta de tiempo: "Vamos con agendas de locos y es habitual quedarte con las ganas de estar más tiempo en cada sitio". En tres años y medio de legislatura, ha conseguido ser el presidente andaluz que más veces ha visitado las ocho provincias. Y se confiesa un enamorado de cada una de ellas. "Andalucía aunque es enorme en patrimonio, parajes naturales, rincones maravillosos, lo bueno que tiene es que, por más kilómetros que hagas, siempre llegas a algún rincón por primera vez que te sorprende y te deja prendado".

Bien es sabida su afición por la música. Lo demostró en la campaña electoral de 2018 sobre las tablas cantando Sabor de amor, de Danza Invisible, uno de sus grupos favoritos. Su estilo es el indie español, aunque le gusta "escuchar todo tipo de música", como, por ejemplo El Kanka, autor de Andalucía te quiere. En el coche apenas tiene tiempo porque "son muchas las llamadas diarias" que hace y recibe "y muchas relacionadas con la acción de gobierno". Pero cuando los viajes son de noche más de una canción suena. Y, en algunas ocasiones, cantadas por él mismo.

Para lo que sí intenta sacar tiempo a diario es para el deporte, levantándose "cada vez más temprano". Pero no hay mal que por bien no venga, porque comenta que "es un tiempo bien invertido" para su bienestar. "Además es un buen paréntesis para poder aislarme durante unos momentos y poder pensar. Es ejercicio para el cuerpo y para la mente", sostiene. Al margen de su talismán, la vaca "Fadie", no se reconoce "especialmente supersticioso". Y sí cree mucho "en el trabajo y en la constancia", lo que tampoco quita que "una dosis de suerte siempre viene bien".

En tres años y medio Moreno se ha granjeado un perfil de moderado, centrista, pacifista, buen gestor, andalucista; que además añade a sus cualidades innatas. Nadie niega su educación, simpatía y cercanía. Se mueve como un pez en el agua en todos los ambientes sociales. Y tanto vecinos humildes de Alhaurín el Grande como importantes empresarios o artistas coinciden en deshacerse en halagos cuando le conocen.

La primera vez que se presentó a unas andaluzas, en el año 2015, una cadena de televisión de izquierdas le puso un doble por las calles de Córdoba para mofarse del bajo nivel de conocimiento que había entre la ciudadanía andaluza del candidato popular. En 2019, cuando tomó posesión como presidente de la Junta de Andalucía, la izquierda le rodeó el Parlamento. Ahora, convertido en todo un personaje, no anda un metro sin que lo paren y podría cosechar una mayoría histórica para el PP a costa de votantes socialistas moderados.

Achaca el contraste de su popularidad de entonces a la de ahora al papel que le ha conferido el traje de presidente. "Te permite tener una visibilidad y un balance de gestión que no tienen otros", puntualiza. Y opina que "el haber sido presidente de todos durante la pandemia hace que el cariño se haya multiplicado exponencialmente. Y eso se nota en la calle". Lo más bonito que le han dicho en estos días es que, por primera vez, le van a votar a él.

De ser un político temido por la izquierda a dejarse querer por el pueblo llano sólo han pasado tres años y medio. Es la transformación de Juanma Moreno, el hijo de Juan y María; sobrino de Isabel y Antonia, un andaluz nacido en Cataluña que ha sabido calar en su tierra según dictamina la calle. Ahora tendrán que ser las urnas, el próximo domingo 19 de junio, las que lo confirmen.

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