La belleza de Mont Saint-Michel
El bellísimo Mont Saint-Michel es uno de los rincones más conocidos, y más hermosos, no sólo de Normandía sino de toda Francia.
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Una de las calles del pueblo, en las que pese a los muchos turistas de conserva el sabor medieval.
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Estrechos callejones con escaleras son parte del encanto de Mont Saint-Michel.
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Los turistas llegan a Moint Saint-Michel tanto por la carretera como a través de la superficie en otros momentos cubierta por el agua del mar.
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Un pequeño cementerio a los pies de la abadía es uno de los rincones con más encanto de Mont Saint-Michel.
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Otra calle del pequeño pueblo dentro de la fortaleza.
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Las vistas de la bahía de Mont Saint-Michel, desde lo alto de la pequeña isla.
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La fachada renacentista de la iglesia.
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El interior del templo, que es románico y gótico en su cabecera.
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El pequeño claustro junto a la iglesia.
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Las impresionantes vistas que se disfrutan desde el claustro de la abadía.
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La figura dorada que corona, a más de 90 metros de altura, la iglesia y toda la isla.
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Una de las salas del laberíntico conjunto de la abadía, en parte excavado en la propia roca.
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Otra de las muchas estancias de la gran abadía.
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Uno de los rincones de la murallas que defendían la gran fortaleza.
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La entrada a la fortaleza y La Mere Poulard, uno de los restaurantes más conocidos del lugar.
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En La Mére Poulard se hace una tortilla especial y deliciosa de receta secreta transmitida por generaciones.
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La puesta de sol y la mole de la fortaleza reflejadas en el agua.
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El atardecer es, quizá, el momento en el que más hermoso es Mont Saint-Michel.
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El sol tras los árboles cercanos a la abadía.
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Mont Saint-Michel por la noche también merece la pena.
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