En esto de internet, todos estamos de acuerdo en una cosa. Actualmente cualquier persona, no necesariamente demasiado docto en conocimientos técnicos, tiene la posibilidad de publicar textos, fotos, vídeos y una retahíla de múltiples formatos de contenido en internet. El único problema que se plantea es ante la muerte física del autor. Aunque se podría afirmar que el hombre es mortal pero su identidad digital permanece en internet para siempre.

Al menos eso cree todo el mundo. Pero la realidad es que cuando uno muere su rastro digital permanece, aunque eso sí, bloqueado durante un tiempo. Y no sólo hablo de tener un blog, sino las diferentes cuentas en Facebook,Twitter, correos electrónicos y cada día un número mayor de tonterías digitales a la que nos suscribimos serán inaccesibles para cualquiera de nuestros amigos e incluso familiares.

Esto plantea un pequeño dilema. Los seres humanos, al menos, hasta ahora, tenemos una vida finita, es decir, somos mortales. Pero la web, internet, esa nueva deidad cibernética es inmortal. Poniéndome un poco filosófico, desde siempre el hombre, consciente de que su tiempo en la Tierra es limitado, ha buscado dejar un legado, una historia, algo que perdure más que su propia vida y que sirva para sus descendientes o en su defecto para otras personas desconocidas.

Después de esta pequeña introducción les contaré que he descubierto una web, o al menos un proyecto que pudiera ser la solución a ese pequeño dilema que se nos plantea al dejar nuestro legado digital después de morir.

Mywebwill ofrece servicios post mortem para su vida online después de la muerte. No es gratuito, exige una cuota mensual de un dólar, aunque la cifra podría variar en función de la longevidad del cliente. Permite desactivar, transferir o cambiar todas las cuentas de usuario en redes sociales, blogs, correos electrónicos y un largo etc a otras personas bajo el eslogan “cuando mueres, nosotros cumpliremos tu deseo".

Existe otra opción, digna de una película de Tim Burton, consistente en poder en enviar un último mensaje de despedida, una última actualización, que fue redactada mucho antes y que gracias a este servicio llegará  a todos sus contactos, conozcan o no de su repentina defunción.