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'Brave (Indomable)'

Es curioso cómo funcionan ciertas corrientes de opinión. Tras una carrera fulgurante y repleta de éxitos, entre los cuales podrían destacarse la trilogía Toy Story, Wall-E o Los increíbles, a Pixar le ha bastado una película, la suntuosa pero infantil Cars 2, para ganarse la animadversión de algunos, los mismos que se vacían de elogios cada vez que se estrena una secuela de Ice Age o Madagascar. No obstante, y al margen del comentario que eso nos pueda merecer, hay algo de verdad incontestable en esas acusaciones, una cierta sensación de fatiga que se refrenda en el anuncio de secuelas de otros títulos de la compañía como la de la olvidada Monsters, que ahora mismo está en cocina. ¿Sequía de ideas, muerte por éxito, o a lo mejor una fuga de talentos hacia otras tareas? Les digo todo esto desde el principio porque a esos mismos críticos con la compañía también les va a decepcionar Brave, una cinta excelente durante su primer acto que, cuando lo tiene todo dispuesto para dar el verdadero pistoletazo hacia la épica de gran escala, elige voluntariamente quedarse en la casilla de salida. Me explico.

Brave (Indomable) posee la que probablemente sea la factura visual y musical más exuberante del año. El filme de Brenda Chapman y Mark Andrews nos presenta un mundo, el de la Escocia del siglo X, en el que realmente podríamos perdernos. La música de Patrick Doyle y sus vilipendiadas canciones ilustran la acción de forma eficaz y proporcionan la grandeza necesaria sin recurrir a sonidos de moda. Y de la misma manera, el diseño de los personajes muestra una saludable intención de navegar entre lo meramente agradable y lo arriesgado, una sensación ampliable al filme en su totalidad. En este sentido, la joven princesa Merida debería ser (y lo será, no tengo ninguna duda) un punto de referencia estético y también narrativo de la animación y el diseño, debido a la notable habilidad de Pixar a la hora de dibujar una heroína rebelde admirable y a la vez reprobable en algunos de sus comportamientos… una ambigüedad que creo que forma parte de la apuesta y la eleva a los cielos. Y no me olvido de la deslumbrante factura del pelo y su rostro, alejado de los estilismos habituales en la animación más canónica.

Porque hay un aspecto en el que Brave (Indomable), pese a ser un filme con ángel y encanto, tiene posibilidades de ver arruinado su potencial. Los ingenieros de Pixar plantean un primer acto que promete una aventura épica fascinante y de notables proporciones… y tras ello y en su lugar eligen desarrollar un enredo familiar y palaciego aparentemente más limitado. En efecto, Brave deriva en una serie de episodios de humor extraño combinados con otros inquietantes y oscuros (una madre que podría ser asesinada por su padre, entre otras cosas…), y a ello suma algunas ominosas sugerencias sobre la idea de la pérdida del ser querido ciertamente angustiosas. Pero la aventura épica tarda en llegar, si es que realmente lo hace. El guión evita por todos los medios la incorporación de un villano -pese a la presencia de Mor’du, pero ni siquiera lo es exactamente-, y sin un correcto oponente la historia no despega de la manera en que lo hacían Toy Story 3 y, por qué no decirlo, la mayoría de los relatos infantiles recientes. En esta renuncia, y también por la inexistencia de un romance que adorne la función, reside el riesgo y la belleza de la propuesta. Brave es un cuento de princesas sin príncipe, un relato de búsqueda… pero de búsqueda interior.

Este negativo de lo que consideraríamos una aventura familiar e infantil, para muchos, podría convertir a Brave en un filme menor. Para mí lo hace grande, pese a sus defectos, y plantea un interesante abanico de incertidumbres a los hacedores de animación. Dudo que fuera la intención de Pixar hacerlo, pero el presentar un filme que mira con reverencia el canon Disney para luego, voluntariamente, reubicar algunas de sus piezas (y hacerlo desde la propia casa del ratón) tiene su arrojo. Alejarse de lo previsible tiene un precio, queridos, y los ingenieros de Pixar lo han pagado de nuevo para dar un paso al frente sin esperar una palmada en la espalda.

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7
comentarios
1 mrsambo, día

GRUPO SALVAJE (1969) Sam Peckinpah. 1ª Parte. Un viaje por la historia del western. http://cinemelodic.blogspot.com.es/2012/08/critica-grupo-salvaje-1969-parte-14.html

2 ramiro24, día

Sin haberla visto pero a raiz de lo que dices juanma, estoy convencido de que será una película magnífica. He escuchado la banda sonora, simplemente maravillosa, de las mejores que he oído.

3 Arato, día

La película está bien y no desmerece en comparación con otras películas de Pixar. En cuanto al argumento, maticemos. La primera mitad es bastante prometedora, pero da la sensación de que cuando la historia alcanza su clímax argumental (la princesa retando a sus candidatos a prometido) el guionista se acojona ante los derroteros que debiera tomar y toma el atajo de la metamorfosis en oso. A partir de ahí, lo que apuntaba hacia una historia de superación personal deriva hacia una historieta de más corto vuelo. Uno se queda un poco chasqueado pues esperaba más protagonismo de hilarantes personajes tales como los pretendientes y sus padres. Con todo, la película en su conjunto es muy agradable de ver y tiene golpes para reírse con ganas, especialmente aquellos donde sale el Rey Fergus.

4 Marty, día

Hola Juanma Como viene sucediendo últimamente, tengo poco que añadir a lo que ya has apuntado tú. También yo me he quedado "a medias" en una peli que me gusta mucho más que la propia historia que cuenta. Supongo que se apreciará más en video, cuando uno piense "vale, es esto, esto sólo, así que disfruta de su atmósfera, de sus abundantes toques de humor, y de ese bosque y fuegos fatuos que tanto apuntan a Ghibli y a su "Princesa Mononoke"..." Pixar es lo mejor que le ha pasado al cine (al comercial y al de las mayúsculas) en mucho tiempo. De alguna manera, se podría comparar el impacto de "Toy Story" y subsiguientes creaciones con el impacto de "Tiburón" y subsiguientes creaciones:en ambos casos innovaron y salvaron a la vez lo más importante que existe en este arte, que no es otra cosa que el interés del público por disfrutarlo. E igual que Spielberg ha tenido sus aciertos y fracasos, hay que dejar que Pixar también los tenga. Está en su derecho. Y ojalá lo peor que haga sea esto o "Cars 2", porque eso evidenciará su grandeza. Me despido apuntando que, desilusiones aparte, no deja de ser "valiente" tirar por la senda de la introspección en una producción animada tan costosa, compleja y esperada. Como vienen demostrando desde sus primeros cortos ochenteros, los de Pixar son eso mismo, indomables. En algún sitio he leído que el arte trata de eso también, de tirar por la senda menos transitada... Y chapeau, una vez más, por el precioso corto inicial... Saludos desde Sevilla

5 punkcela, día

La de Brave la tengo en la lista, la que he ido a ver esta semana ha sido Ted y me ha gustado. http://miscelaneapasarratos.blogspot.com.es/2012/08/ted-2012.html

6 Juanmagh, día

Marty, suscribo todo lo que ha dicho, además excelentemente expresado. Bonita maquetacion en movil, la del blog de punkcela. También he visto Ted, y la he disfrutado a medias. Tenía que haberla visto en versión original...

7 EveyEyre, día

A mí me parece que conseguir encontrar el término entre lo que tu madre dice y lo que tú quieres ya es bastante épico, pero yo soy una chica... En fin, que a mí me gustó mucho. Vale que no tiene el ritmo de Buscando a Nemo, que estaría mejor sin canciones y que los secundarios, sobre todo los pretendientes, podrían haber tenido más cancha. Pero la imagen es espléndida, la música preciosa, los gags son casi tan descacharrantes como los de Monsters (por cierto, ¿olvidada? ¡Jamás!) y el final es emocionante sin ponerse cursi. El sólo hecho de que la princesa tenga madre y se tenga que pelear con ella todos los días ya es original (que yo recuerde, casi todas las princesas de película Disney son huérfanas o no ven a su madre hasta el happy end). Por cierto, recomiendo la versión original. Emma Thompson (la Renina) y Kelly McDonald (Merida) están fantásticas, y el acento hace que sea aún más divertida.