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Durant, a la estela de su majestad

Allá por el 29 de septiembre de 1988 nacía en la capital de Estados Unidos, Washington, D.C., un bebé de brazos enormes. Hoy, a sus aún tiernos veinticinco años, Kevin Durant es el jugador más indefendible sobre la faz de la tierra. No el más completo, seguramente, toda vez que dicho galardón debería ser para LeBron James, pero a buen seguro sí el más indefendible. El alero de los Oklahoma City Thunder sumó el pasado miércoles, ante quizá la mejor defensa de la NBA (Chicago Bulls), su partido número treinta y dos anotando al menos 25 puntos, una cifra absolutamente escalofriante si uno la analiza fríamente, teniendo en cuenta el nivel defensivo que se practica en el baloncesto moderno.

Con el triunfo de su equipo por 85-97 en Chicago, y sus 35 puntos, Durant logró superar la marca de Spencer Haywood, que anotó 25 o más puntos en la temporada 1972-73 hasta en treintaiuna veces de forma consecutiva, y sólo un nombre queda en el camino de Durant hacia una marca absolutamente sideral: Michael Jordan. "His Airness" (Su majestad del aire), logró hacerlo hasta en cuarenta partidos seguidos allá por el año 1986-87, cuando sus Bulls aún estaban lejos de ser un equipo aspirante al anillo de campeón de la NBA.

Junto a sus 206 centímetros, sus eternos brazos, su manejo de balón impropio de un hombre de su altura, junto a su velocidad o capacidad de suspensión, dotan a Durant de esa capacidad para ser, efectivamente, prácticamente imposible de defender. Para los más críticos con el juego NBA, su exhibición en el Mundobasket de Turquía 2010 con la selección de Estados Unidos, principalmente en la final ante los otomanos, quedará para siempre en la retina de los buenos aficionados como una de las mayores muestras de talento e instintos asesino nunca vistos en el baloncesto FIBA. No, Durant no es sólo un buen anotador. Es, sencillamente, el mejor anotador del baloncesto moderno, y posiblemente uno de los tres mejores de la historia, si no el mejor de siempre.

Además, no hablamos sólo de puntos, sin más. `Durantula´, como es conocido el alero por sus larguísimas extremidades, promedia este año 31.8 puntos, pero su porcentaje de lanzamiento es fascinante, con un 50.8% en tiros de campo, incluyendo un 40.4% en tiros de 3. Cifras que confirman que no, Durant no es un tirador, Durant es un anotador. Sencillamente el mejor. Un anotador, por cierto, capaz de aportar casi 8 rebotes y más de 5 asistencias para su equipo durante esta temporada. Casi nada.

La única laguna, por llamarla de alguna forma, en la carrera del ya campeón olímpico y mundial, está en el hecho de no haber ganado aún un anillo de campeón NBA. En la final de 2012 sus Thunder partían como favoritos ante los Heat, pero pincharon en hueso con el arranque de la era LeBron James en la mejor liga del mundo. Como Federer y Nadal, como Larry Bird y Magic Johnson, o como Leo Messi y Cristiano Ronaldo, Durant y Lebron se necesitan. Compañeros en el equipo nacional, rivales en la NBA. Ambos van a marcar una época en la mejor competición del mundo de la canasta, con todo lo que eso representa, y es un hecho que de momento esa época la gana Lebron. Con apenas un cuarto de siglo, Kevin Durant tiene tiempo para revertir esa tendencia, pese a que el potencial de mercado de su franquicia (Oklahoma) sea claramente inferior al de su rival (Miami). LeBron salió de Cleveland en busca de anillos, y le ha salido bien. Quizá no sea descabellado pensar en un Durant que deba dejar Oklahoma para ganar en lo colectivo, si bien con un jugador como el alero formado en la Universidad de Texas, no es ni mucho descartable que haga campeones a sus Thunder, especialmente si el físico de Rusell Westbrook deja generar ciertas dudas en la recta final de la temporada.

Por delante, por tanto, apenas nueve encuentros para alcanzar una marca de otra época en la que el baloncesto era otra cosa. Cleveland, Toronto, Denver, Dallas, Sacramento, Utah, San Antonio, Houston y Phoenix serán los próximos rivales de Oklahoma City, y si consigue llegar a los 25 tantos en todos los encuentros, Durant pasará a la historia ante los Suns. No es ni mucho menos un reto sencillo, especialmente con los encuentros ante San Antonio y Houston justo en la frontera del récord, pero para el mejor anotador del baloncesto moderno, cualquier objetivo parece alcanzable. En lo individual, y en lo colectivo. No lo duden.

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José M. Puertas en twitter: @josempuertas

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