
El cargo público de la directora de programas de Presidencia del Gobierno que se apropió Begoña Gómez para que le llevara los negocios fue negociado directamente por la mujer del presidente. Sin el más mínimo disimulo. La propia asesora testificó en este sentido en sede judicial y describió cómo negoció el puesto con Begoña Gómez pese a que su dependencia, según la legislación española, es directamente del gabinete de Pedro Sánchez.
El cargo fue usurpado desde el primer día. Y justo eso es lo que investiga en estos momentos el juez Peinado, que ya ha imputado a Cristina Álvarez por tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
El puesto de Cristina Álvarez
Cristina Álvarez expuso en su declaración ante el juez Peinado ya el pasado mes de diciembre que recibió una llamada de Begoña Gómez en la que la mujer del presidente le ofreció el puesto de directora de programas de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno nada más ganar Pedro Sánchez la moción de censura contra Mariano Rajoy.
No le llamó el jefe de gabinete, ni el jefe directo de la secretaría general de Presidencia del Gobierno. No: le llamó Begoña Gómez. ¿En condición de qué? Caben dos opciones: en condición de persona que se iba a apropiar del cargo por ser la mujer del presidente o en condición de lo mismo más un elemento adicional, que eran amigas de años y años porque habían trabajado juntas en la empresa donde estuvo contratada Begoña Gómez –Inmark—.
La ya rebautizada como asesora de Begoña Gómez explicó en esa declaración judicial que ella se ha encargado de llevar la agenda de la mujer del presidente, de cuestiones de seguridad, de protocolo… y sabemos, no por Álvarez, pero sí por la declaración del vicerrector de la Complutense Doadrio, que acompañaba a la universidad en infinidad de ocasiones a la mujer del presidente y, por los mails incorporados a la causa judicial, que reclamaba pagos de patrocinios para la cátedra regalada a Begoña Gómez.
Traducido, que le llevaba los negocios.
Es más, la propia Álvarez afirmó en sede judicial que Begoña Gómez le había comentado que era un puesto de confianza de la mujer del presidente.
Pero lo cierto es que su cargo real es el de directora de programas de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno y sus funciones están delimitadas por una disposición de 2023. Y esa norma destaca que su función se tiene que limitar a cuestiones de asistencia al presidente del Gobierno o su gabinete. Y Begoña Gómez, obviamente, no forma parte de ese gabinete. Eso sí, ambas son amigas desde los tiempos en los que trabajaban en la empresa Inmark.
Peinado ha encontrado motivos para "dirigir la investigación, contra Cristina Álvarez Fernández, como posible partícipe en los hechos investigados, que pudieran ser constitutivos de un delito de Tráfico de influencias y de un delito de corrupción en los negocios". Y resulta obvio el motivo. Porque no es cierto que Cristina Álvarez cobre por ser asesora de Begoña Gómez. Más bien, todo lo contrario. Ella forma parte del gabinete de Presidencia del Gobierno, en el que no está la mujer del presidente, y, por lo tanto, cuando ella realiza gestiones ante patrocinadores, universidades, empresas y demás, ella lo hace como parte de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno de España, algo que, por supuesto, es recibido de una manera oficial por parte de sus interlocutores.
Una disposición presidencial de 28 de noviembre de 2023 recoge, "a propuesta del Presidente del Gobierno", la "organización general de la Presidencia del Gobierno". Allí se detalla cada función y responsabilidad. Y allí se remarca que Álvarez debe "asesorar al Presidente del Gobierno en aquellos asuntos y materias que este disponga" dar a "conocer los programas, planes y actividades de los distintos departamentos ministeriales" y "realizar el estudio y seguimiento de todos los programas y acciones de la Unión Europea que tengan incidencia en las políticas públicas del Estado". Pero todo, como destaca esa norma, en favor del presidente del Gobierno, no de su cónyuge.