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11-M, queda mucho por investigar

Lo publica hoy El Mundo. Desde octubre de 2002 hasta febrero de 2004 (un mes antes de la matanza), Abdelkader el Farssaoui, imán de la mezquita de VIllaverde, mantuvo informada a la policía española sobre lo que El Egipcio, El Tunecimo y  Mustafá Maimouni andaban tramando. La policía llegó a saber hasta los números de los teléfonos móviles de los terroristas. El juez Garzón intervino los mismos pero no hizo mucho más, incluyó la conversaciones interceptadas en un sumario posterior al 11-M y ahí se quedó la cosa.

Cada día sobran más motivos para pensar que es muy poco lo que aún se conoce de una trama criminal que tuvo su fatal desenlace a primera hora de la mañana del 11 de marzo. Felicidades, una vez más, al diario El Mundo por seguir un caso que ha sido practicamente desahuciado en el Parlamento. Los diputados deberían tomar nota porque queda mucho por investigar.

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