Por lo que cuenta ABC parece que el Gobierno preveía un total fracaso en la manifestación de las Víctimas del Terrorismo del pasado día 22 de enero. En un informe que ahora ha desaparecido –la prestidigitación está causando furor en los últimos tiempos– se pronosticaba que serían unas 300 personas las que mostrarían el rechazo a que los asesinos de sus familiares anduvieran sueltos por la calle. Si el que redactó esos datos se basó en cómo lo anunciaron los medios de comunicación, desde luego, lo reflejó con fidelidad. Salvo Libertad Digital, la COPE y algunos sueltos, pocos quisieron darle importancia.

 

Pero las 300 personas se multiplicaron por 166, como el euro, y salieron 50.000. Demasiadas quejas juntas. En la comisión del 11-M no se quiso escuchar al representante de la AVT porque mientras hablaba, el presidente Zapatero ya estaba telefoneando a Pilar Manjón para comunicarle la operación Peces Barba. Estos dos últimos personajes no quisieron formar parte de los 300... ni de los 50.000 y, quizá sea por eso, por poner sordina al dolor que lleva azotando España desde los años 60, por lo que Bono, Belloch y Blanco –las tres bes de las que habla Cristina Losada– silenciaron el mensaje como si de verdad hubieran sido 300. Y a empujones.