Más o menos en esto se resume la política energética que tiene en mente el gobierno ZP. López Garrido, neoizquierdista, ha dicho que el modo óptimo de enfrentarse a la carestía del petróleo es ahorrar e invertir en energías renovables.

Lo del ahorro, es decir, consumir menos, suena a chiste si lo que se quiere es que una economía crezca y cree riqueza, empleo y todas esas variables macroeconómicas de las que depende el plato de la comida de todos, naturalmente, de todos los que no viven pastando del presupuesto. López Garrido vive de lo que vive y por eso no le duele decir que lo que debemos hacer es consumir menos.

Apunte su receta. No vea la tele, especialmente si es de 25 pulgadas o más. No encienda el calentador cuando lleguen los fríos invernales. No cocine, y además de ahorrar gas o electricidad adelgazará. No coja el coche porque gasta y contamina. No encienda el ordenador. No se duche con agua caliente y menos aún tome un baño, hay que ahorrar a toda costa. ¿Le parece exagerado? La energía renovable en la que cree ciegamente el neoizquierdista Garrido no da para más. En estos momentos la demanda de energía eléctrica es de 21.400 MW. Nuestras centrales eólicas están generando a esta hora tan sólo 1.400 MW. Prepárese para vivir a oscuras, helado de frio con un sandwich en la mano. Prepárese en definitiva para retroceder siglo y medio en un segundo. A esto, algunos, lo llaman progreso.