Carmen Caffarel ha asegurado que el programa de Julio Otero se aleja de la "zafiedad" de otros programas y responde "al doble objetivo de calidad y servicio público". Si considera que ofrecer con todo lujo de detalles anatómicos un piercing en el pene es un servicio público nada zafio, la directora del ente habrá vaciado de significado el mismo concepto de servicio público. Cabe pensar que está preparando su privatización, al destruir así la única excusa que se les ha ocurrido a los estatistas para obligarnos a pagar canales de televisión. De lo que hay que congratularse, siempre y cuando no la vendan a Polanco.