La guerra se ganará, porque los iraquíes quieren que les ayuden a librarse definitivamente del horror de la tiranía y de la tiranía del terror, según constatan todas las encuestas. Las mismas encuestas que dicen que los iraquíes perciben que su situación es mejor que antes de la guerra y confían en un futuro aún más propicio. Las encuestas que nunca aparecen en los noticiarios de Tele5 o CNN+, porque expresan confianza y gratitud, que es justamente lo único que la analfabeta izquierda europea y sus gárrulos altavoces no pueden permitirse mostrar, porque si lo hicieran, su putrefacta farsa sobre la perversión intrínseca de Estados Unidos y del capitalismo se vendría abajo, y las buenas noticias dejarían de procurarles pingües ingresos y ese olimpismo moral con que siembran de cadáveres todo lo que tocan en la Historia del ser humano. La guerra se ganará, porque la coalición no ha ido a Irak a conquistar, sino a ayudar a su gente a vivir con independencia, después de cincuenta años de opresión y genocidio por uno de los tiranos más sanguinarios y despiadados que ha padecido sociedad alguna.

 

La firmeza del presidente de Ucrania, en su compromiso con la misión, subraya el deshonor de la retirada de las tropas españolas. "Nosotros no somos conquistadores ni ocupantes", dice Leonid Kuchma. Como tantos otros gobernantes de países de Europa del Este, con buena memoria de lo que significa padecer la tiranía, y hoy promotores admirables de los valores de la coalición internacional, el presidente ucraniano demuestra tener muy claro qué es lo que han ido a hacer a Irak. Sabe que están allí para ayudar a los iraquíes, que necesitan y piden su presencia. Por eso, resulta aún más indigna la decisión de Zapatero, que compromete el prestigio de todos los españoles. Es una traición a los iraquíes y una puñalada trapera a los aliados, que también exponen la vida de sus jóvenes en el frente. La guerra se ganará, Irak será un país democrático y abierto, y sus ciudadanos tendrán mejores oportunidades de ser felices, de las que han dispuesto jamás. Pero España, gracias al Gobierno de Zapatero, será sólo la nación que les dejó en la estacada cuando más lo necesitaban. Gracias, España.