Según ha informado el diario británico The Sun, una investigación llevada a cabo en el Servicio de Jubilaciones y Trabajo ha desvelado que varios centenares de funcionarios se dedicaban, desde los ordenadores del trabajo, a visitar páginas pornográficas. Hasta aquí nada reseñable. Tan poco edificante costumbre se da con más frecuencia de la que pensamos tanto en el sector público como en el sector privado. 

Lo curioso viene al examinar de cerca las cifras aportadas por el tabloide sensacionalista. Uno de los funcionarios descargó un total de 103.000 imágenes de pornografía dura en los seis meses que duró la investigación. Haciendo cálculos, si seis meses son unos 180 días, este individuo visionó un promedio de 572 fotos al día, es decir, en una jornada de ocho horas se atizaba 71 fotografías por hora o, lo que es lo mismo, una foto por minuto de trabajo. Lo que cabría preguntarse ahora es cuántos expedientes propios de su quehacer como funcionario fue capaz de tramitar en todo ese tiempo. Si los investigadores hubiesen empezado por ahí se habrían ahorrado parte de la faena.