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El otro tripartito

Este fin de semana nuestro lugar en el mundo ha quedado definido. En algún lugar entre la Cuba de Castro, la Argentina de Kirchner, el Brasil de Lula y la Venezuela de Hugo Chávez. Todo por obra y gracia del presidente del talante y de su leal escudero Curro Moratinos. Es difícil caer tan bajo en tan poco tiempo, pero lo hemos conseguido, por fin nos hemos situado en ese lugar al que, siguiendo la doctrina Zapatero, de natural pertenecemos. Ni Felipe González había hecho tanto equilibrismo en sus giras por el tercer mundo, porque Felipe, muy al contrario que su sucesor en la poltrona, sabía que una cosa es la propaganda mitinera y otra bien distinta la política de verdad. Zapatero las ha confundido, ha terminado por creerse sus propios eslóganes y hemos terminado de esta guisa. Entre dos tripartitos; el que apoya a su débil Gobierno en Madrid y el que le sirve de corifeo en los foros internacionales. La política siempre ha sido volátil pero nunca tanto como en nuestro último año y medio.  

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