¡Endavant, colegas de la COPE!
Poner a los ágrafos del CAC –pasen, pasen y lean, queridos lectores, esta perla de la literatura neoinquisitorial– a vigilar la salud de las libertades de información y expresión es como encargar al zorro el cuidado del gallinero, y que nos perdone el zorro por la comparación.
Con el verde y el rojo, esta panda que desgobierna Cataluña, así como sus secuaces chivatos y mamporreros, están pintando un cuadro donde predomina, como no podía ser menos, el color pardo, y cuyo motivo central es la inmersión. Otra. En la infamia. De nuevo.
Ahora que en el "Oasis" –¡uf!– emulan el más desatado bananerismo castrochavista, nada mejor que recordar, con José Martí y Carlos Alberto Montaner, que la libertad es el derecho que tiene todo hombre honrado a pensar y hablar sin hipocresía.
Ahí les duele. Pero aran en el mar, estos liberticidas, con sus intentos sonrojantes de desterrar de las mentes la funesta manía de pensar... e informar.
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