En Internet siempre es recomendable mantener la guardia bien alta. No es que sea –como muchos tratan de convencernos– el paraíso de los timos y los virus, pero eso no evita desconfiar de casi todo lo que nos llega a través de correo electrónico. 475.000 personas ya han caído en la trampa de “Zafi.D”, un virus que se está propagando a una velocidad inquietante. El centro de Alerta Temprana sobre Virus y Seguridad Informática ha elevado su nivel de preocupación a “alta” y ha recomendado desconfiar de mensajes de correo electrónico con archivos adjuntos no solicitados.

 

El consejo es bueno, pero se queda corto. Porque el problema no es puntual. Todos los meses se multiplica el número de virus que pululan por la Red encubiertos, generalmente, en mil disfraces. Por eso siempre, todos los días, es recomendable sospechar de todos y cada uno de los mensajes electrónicos que llegan remitidos por personas desconocidas. Y, sobre todo, no abrir jamás un fichero adjunto enviado por cualquier persona cuyo nombre ni nos suena. Cualquier precaución es poca. Que luego llegan los disgustos.