David Trueba y José Luis García Sánchez conminan a los universitarios a votar a la izquierda, “para que no haya que inventar un refrán que diga: eres más tonto que un joven de derechas”. Al fin, los perpetradores de Hay motivo se quitan la máscara, si es que el falso jirón de independencia del que se han investido puede disimular, a estas alturas, su arrogante sectarismo. No sólo muestran que son capaces de mentir recurriendo a la manipulación más vulgar, sino que también saben insultar con el peor estilo a los que no se avienen a su ideología. Estas víctimas de la inquisición política exhiben su tosca propaganda en universidades públicas, ayuntamientos, periódicos y cadenas de televisión ayer ilegales y hoy antigubernamentales gracias al Gobierno. Es difícil disponer de más privilegios para difundir un producto tan discutible como obra estética y tan tramposo como testimonio. Por eso, cuando desprecian a quienes no piensan como ellos –una asentada costumbre entre los divinos demócratas del gremio cultural: Maruja Torres ha sido incluso más campechana, al calificar como “hijos de puta” a los votantes del PP–, consiguen desnudar su farsa: ni respetan el pluralismo, ni son independientes, ni dicen la verdad, ni hacen arte, cuyos preceptos básicos son, precisamente, verdad, independencia y respeto por la diferencia individual; es decir, lo contrario de lo que postulan Trueba, García y el resto de comediantes de Hay motivo.