Era un grito incesante de la izquierda en la pancarta en las manifestaciones que recorrieron el mundo, mucho más empleado que el "no a la guerra". Era también el más estúpido. La teoría detrás del mismo indicaba que la invasión de Irak tenía como objetivo favorecer a las grandes empresas petroleras haciendose con el petróleo del país y bajando los precios. Cuando los precios subieron, que en realidad la conspiración era para hacerlos subir. Siempre ha dado igual la realidad, lo importante era decir que la guerra de los yanquis era mala, la única mala, la única que ha existido en los últimos años.

Hoy, la izquierda en el poder ha vendido armas de guerra al dictadorzuelo venezolano. Al mismo tiempo, una petrolera española firmaba un acuerdo con la petrolera estatal venezolana. Es dudoso que ambos acontecimientos tengan algo que ver. Pero si los manifestantes eran sinceros, deberían estar ahora mismo en la calle recobrando aquel grito. Quizá sea el momento para que el PP haga uso de la demagogia barata que durante tres años lleva empleándose en su contra.