Ante el terrorismo, se entiende. Con semejante declaración se ha destapado José Bono hoy en Bruselas. El ministro de Defensa, el mismo que acudió vehemente a recibir a las tropas que venían de Irak, ha afirmado con la seguridad que da el cargo que España no puede encogerse de hombros cuando se trata del terrorismo o la droga. Acto seguido ha mostrado su intención de enviar efectivos militares a destinos tan remotos como Haití o Afganistán.

Para Bono lo que de verdad cuenta en un envío de tropas no es tanto el plácet de la ONU como el binomio Parlamento y Paz. Resumiendo, los soldados españoles acudirán única y exclusivamente en misiones de paz y con el consentimiento del Parlamento. José María Aznar envió hace un año un contingente a Irak a precisamente con esas dos condicionantes cumplidas; la mayoría del Parlamento estuvo de acuerdo y los soldados fueron a gestionar la paz en un país devastado por la guerra. Quizá Bono no se haya aún enterado de esto.