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Otro cadáver exquisito para la izquierda

Si el Comité de Empresa de Antena 3 conocía la supuesta situación irregular de Ricardo Ortega en Haití, ¿por qué no lo denunció cuando debió hacerlo, es decir, cuando su presión podría haber obtenido de la empresa un contrato y una cobertura de riesgos para el periodista? Y si no conocía lo que ahora denuncia con tanto oportunismo hipócrita, ¿para qué sirve este grupo de liberados y por qué aún no ha dimitido en pleno? Empresa y sindicatos han dado versiones contradictorias sobre la situación laboral del reportero tiroteado este domingo. O había sido contratado el pasado 28 de febrero, como sostiene aquélla, o se encontraba en Puerto Príncipe a la intemperie, como aseguran éstos. Aun en este supuesto, todo indica que la decisión de trasladarse a Haití entraría dentro de la esfera de su responsabilidad personal, un ámbito que los sindicatos no suelen aceptar de buen grado. Convendría llegar a una aclaración documentada e inequívoca cuanto antes, para que, a ser posible, sea la última vez que se tolera una utilización indigna y demagógica de los muertos, tan recurrente por la izquierda, en los últimos tiempos. En cualquiera de los dos casos, no obstante, el Comité de Empresa ha defraudado a sus representados, se ha comportado con negligencia o con mala fe (sin descartar que con ambas), y se ha apropiado de un cadáver para hacer política contra la empresa y, por implícita elevación, contra el Gobierno. Porque, detrás de la falsa jeremiada del Comité de A3TV está, una vez más, la táctica indecente de la izquierda de culpar de cualquier desgracia al Gobierno del PP. Lamentablemente, la apresurada respuesta de éste, enviando un Hércules y una pequeña delegación oficial para la repatriación del cuerpo de Ortega, demuestra que la táctica funciona.

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