El Gobierno recurrirá ante el Tribunal de Luxemburgo la reforma del régimen de ayudas del algodón, y estudia hacer lo mismo con el del aceite. Ambos se aprobaron este jueves por el Consejo de Ministros de Agricultura, tras una negociación en la que España jugó a tenerlo todo y acabó quedándose sin nada. Algunas de las más importantes organizaciones agrarias han definido como "desastrosa" la estrategia de la nueva ministra, Elena Espinosa. La reforma significará la "muerte fulminante" del sector algodonero y pondrá en una situación crítica el del aceite, auguran los agricultores. La iniciativa del recurso ante el Tribunal de Luxemburgo es un hecho insólito en la práctica de las relaciones intra-comunitarias. Recurrir una negociación en la que se ha tomado parte parece, en efecto, más un gesto producto de una rabieta que una medida sensata para defender los intereses nacionales. El presidente del Gobierno dijo durante su discurso de investidura que "todo lo que es bueno para Europa es bueno para España". Se empieza a ver hasta qué punto esta encantadora visión de las relaciones internacionales responde realmente a los intereses de nuestro país.