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Rendición en Irak: una política aislacionista para una "España provinciana"

Además de asombro en los aliados y aprobación en los enemigos de España, la retirada de Irak de las tropas españolas suscita dudas sobre la auténtica motivación del presidente, al anunciarla inesperadamente en este domingo, segundo día de su mandato:
 
1) Si era una decisión basada en las conclusiones de la entrevista secreta de Bono con Rumsfeld y en impresiones recabadas con anterioridad al debate de Investidura, ¿por qué no lo anunció durante el mismo, en concreto, cuando el jefe de la Oposición le pidió insistentemente que concretara sus planes sobre la presencia española en Irak?
2) Zapatero prometió que esperaría hasta el 30 de junio para decidir sobre la continuidad de las tropas, ¿qué le ha llevado a incumplir de manera flagrante su promesa en la primera decisión que adopta?
3) Zapatero ha dicho categóricamente que no habrá traspaso del mando militar a una fuerza multilateral de la ONU, ¿por qué, entonces, insistió durante la sesión de investidura en la expectativa de una implicación de este organismo como paraguas de la presencia española?
4) El presidente ha afirmado que España se retira de Irak para seguir contribuyendo a la estabilización y democratización de este país, ¿cómo piensa hacerlo?
5) El presidente prometió que su nuevo talante se basaría en el diálogo y el consenso antes de adoptar grandes decisiones. ¿Qué ha sido de esa promesa al presentar su primera decisión grave como un hecho consumado, no sólo al Grupo de la Oposición y al Parlamento, sino al propio Consejo de Ministros?
6) ¿Qué piensa hacer el presidente con las tropas españolas destacadas en Kosovo, cuya intervención multinacional se realizó también sin la cobertura de la ONU?
 
El populismo insolidario y aislacionista al que apunta este Gobierno genera demasiada incertidumbre sobre la naturaleza de los pactos del PSOE con sus aliados parlamentarios más extremistas. Las probables consecuencias sobre el prestigio y la credibilidad del país no prometen nada bueno. El verdadero "nuevo talante" del que se jacta el presidente consiste en una política de consumo interno, demagógica y electoralista, que sólo puede conducir, como señala el GEES en su análisis de este lunes, a "una España  de provincias, cateta y, lo que es peor, menguante".

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