Estas son las cifras. RTVE: 756,96 millones de euros, TV 3: 170,85 millones de euros, Canal 9: 135 millones de euros, Canal Sur: 124,38 millones de euros, ETB: 77,57 millones de euros, TVG: 72,37 millones de euros, Telemadrid: 72,20 millones de euros, TVCM: 45,7 millones de euros.

Estas son las mareantes cifras de nuestra televisión pública. Todo en millones de euros, en centenas de millones de euros, en decenas de millones de euros. Y, al cabo, ¿para qué?, ¿acaso para garantizar algún derecho ciudadano?, ¿acaso para cubrir un hueco dejado por la inciativa privada? No, nada de eso, la lotería que cada año reparte el Estado y sus sucursales regionales por las televisiones del pesebre es injustificable y un insulto a la ciudadanía.

Las cadenas públicas juegan con ventaja respecto a sus competidoras privadas, verdaderas heroínas de esta historia, ofrecen una programación de medio pelo y son una privilegiada plataforma para que los gobiernos de turno se aprovechen politicamente de ellas.

¿Hasta cuando tendremos que aguantarlo?