Justificar la matanza sin nombre de hace tres años en Nueva York da muestra de la vileza a la que pueden llegar muchos izquierdistas es simplemente repugnante. Utilizar el drama como elemento clave de una campaña de marketing es una muestra de hasta dónde puede llegar la insensiblidad de algunos publicistas y de los que encargan y aprueban las campañas.

El motivo central de la promoción comercial de El País para conseguir nuevos suscriptores se deja en el tintero un detalle nada despreciable. Entre una foto y otra no sólo hay una noticia, hay tres mil muertos. De eso, los publicistas del diario de PRISA, parece no haberse enterado. Si en lugar de tratarse del perfil urbano de Manhattan, fuesen dos instantáneas de las vías de Atocha antes y después del 11-M, ¿Las habrían utilizado como reclamo publicitario? Aquel día, por desgracia, también dio para mucho.