ZP, que se encuentra de luna de miel consigo mismo, no pierde ocasión de celebrar su primer año triunfal al frente del Gobierno. Que Zapatero es un cursi redomado es algo que ya, a estas alturas, conoce todo el mundo. Que es, asimismo, dado a los trabalenguas dialécticos en los que habla mucho y no dice nada, no supone un secreto para nadie. Lo que sí empieza a cansar, y mucho, es lo del talante. Porque, vale, al principio colaba, no había gobernado nunca y ya se sabe lo fantasiosos que son los políticos en la oposición. Después, cuando se hubo instalado en la poltrona monclovita, eso del talante podría pasar como muestrario de intenciones. Pero tras un año de desatinos, dislates y despropósitos que este hombre siga erre que erre con el talante es de juzgado de guardia. Y si no, que se lo pregunten a las víctimas del terrorismo etarra, o a ciertos militantes del PP de Las Rozas, o a las cadenas de radio que no pertenecen a Prisa, o a las televisiones privadas, o a los padres que quieren dar a sus hijos educación religiosa, o a los agricultores de la huerta murciana, o.....

En definitiva, el célebre talante es lo que es, es decir, una bobada que sigue cabalgando a placer para maldición de muchos y regocijo de unos pocos.